Un debate en serio: los portavoces dejan claras las propuestas y las alianzas de cara al 23 de julio

Un debate en serio: los portavoces dejan claras las propuestas y las alianzas de cara al 23 de julio

El enfrentamiento entre portavoces mejora con creces el 'cara a cara' entre Sánchez y Feijóo. Hubo reproches, críticas e ironías, pero sin el ruido del de Atresmedia.

Los representantes de Sumar, Aina Vidal; del PSOE, Patxi López; del PP, Cuca Gamarra; de Vox, Iván Espinosa de los Monteros; de ERC, Gabriel Rufián; del PNV, Aitor Esteban, y de EH Bildu, Oskar Matute, durante el debate electoral organizado por RTVE entre los portavoces de los siete partidos con grupo parlamentario propio en el Congreso, este jueves en Madrid. EFE/ Kiko HuescaEFE

Por fin, un debate a la altura. Los siete portavoces que han participado en el debate organizado por RTVE este jueves ha permitido clarificar cuáles serán los pactos tras el 23 de julio, así como las propuestas que cada formación quiere plantear a los ciudadanos de cara a la cita con las urnas de dentro de nueve días. 

Hubo reproches, hubo críticas, hubo cruce de comentarios, hubo ironías, también sentido del humor y momentos tensos. Pero no hubo el ruido que se vivió el lunes en el plató de Atresmedia entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP. 

Los cuatro bloques quedaron claros, pese a que el tema de los pactos, como sucedió ya en el anterior debate, fue transversal y se coló en cada uno de ellos. Pero con respeto y casi sin interrupciones bruscas. 

En el económico, por ejemplo, quedó meridiano cómo las dos derechas (PP y Vox), ven todo negro respecto a la situación financiera del país. Críticas a la alta inflación, al precio de las hipotecas o a la respuesta a la crisis generada por la guerra en Ucrania, como la que hizo el portavoz de la ultraderecha, que se quejó de "la demolición de presas y pantanos", un bulo recurrente de esta formación

Por parte del PSOE, Patxi López fue el encargado de defender la gestión del Gobierno y, tres días después, de desmontar los datos falsos que dejó Feijóo en el 'cara a cara' con Sánchez. 

Hubo reproches, hubo críticas, hubo cruce de comentarios, hubo ironías, también sentido del humor y momentos tensos. Pero no hubo el ruido que se vivió el lunes en el plató de Atresmedia

Sumar, ERC y Bildu reclamaron bajar a la economía social, más allá de los buenos datos macroeconómicos, y plantearon sus propuestas. Bonos sociales, impuestos a las grandes fortunas, reformas fiscales... 

El bloque social fue la oportunidad para la extrema derecha de criticar sus demonios: la ley trans, la ideología de género y la supuesta inseguridad generada por "el multiculturalismo". 

Desde ERC, Rufián, muy en su salsa durante todo el debate, respondió a Vox asegurando que le preocupa más "un delincuente" como el rey emérito Juan Carlos I, defendió la ley trans y reclamó empleo de calidad como "la mejor política social". "Si fuera por ustedes, tendrían esclavos", señaló a Espinosa de los Monteros, el portavoz ultraderechista. 

Ahí López, del PSOE, dio la razón a Rufián, pero le criticó no haber apoyado la reforma laboral. Los choques, amables, entre ambos portavoces, dejaron claras las diferencias entre las dos formaciones, pese a sus alianzas durante toda la pasada legislatura. 

Cuca Gamarra, del PP, aprovechó este bloque para atacar con una bala que le ha dado mucho fruto a su partido: la ley del 'sólo sí es sí' y la excarcelación y rebaja de penas a  agresores sexuales. "¿Por qué tardaron ocho meses en cambiarla?", ha lamentado. Algo que le valió el reproche de Rufián, que aprovechó para reivindicar la norma —"imperfecta, como todas"— y el trabajo de la ministra de Igualdad, Irene Montero. 

En pleno rifirrafe entre PP y PSOE por este asunto, Aina Vidal, de Sumar, ha criticado este enfrentamiento cuando, después, ambos partidos se pusieron de acuerdo para modificar la ley. "¿Por qué discuten si se pusieron de acuerdo?", ha dicho. 

Bildu, por su parte, reclamó en este bloque "más audacia" y valentía a la hora de hacer políticas sociales, destacando lo que se podría hacer en Memoria Histórica o en la propia reforma laboral, incidiendo en la indemnización por despido. "Cualquier avance está bien, pero algo no estará bien cuando Feijóo dice que le gusta y que no la va a tocar", ha argumentado.

El PSOE defendió la gestión de Sánchez; Sumar, ERC y Bildu reclamaron más políticas sociales; y PP y Vox criticaron la situación económica del país

También se habló de vivienda, un bloque en el que Aitor Esteban, del PNV, criticó que hay quien se ha creído que la nueva ley del Gobierno "va a hacer bajar los alquileres". Gamarra, por el PP, acusó al Ejecutivo de haber creado una norma para "blindar al okupa" y puso sobre la mesa la propuesta de su partido de desalojar a los okupas en menos de 24 horas. "Momento patrocinado por Desokupa", ironizó Matute, de Bildu. "Y por Securitas Direct", agregó Rufián, de ERC. 

Aina Vidal, de Sumar, siguió con la estrategia del partido de Yolanda Díaz de dejar una batería de propuestas. Y abrió el melón de la Sanidad, criticando los despidos y recortes en comunidades gobernadas por el PP, como Andalucía y la Comunidad de Madrid, a lo que Gamarra contestó con los resultados electorales —ambas, mayorías absolutas— de sus presidentes. 

Patxi López cerró este bloque criticando que el PP pacte con Vox, quien niega la violencia machista, y se dedique a defender a las mujeres en sus reproches por la ley del 'sólo sí es sí'. 

En el bloque de política territorial se vivieron momentos intensos, sobre todo protagonizados por Rufián, muy activo. El portavoz de ERC dijo que su formación había "obligado" al Gobierno a indultar a los presos independentistas catalanes. Un regalo que Gamarra no desaprovechó: "Ustedes no cambiaron de opinión, ha reconocido Rufián que es el precio que exigieron para apoyar al Gobierno". 

La portavoz del PP preguntó entonces a Bildu cuáles serían sus exigencias al Ejecutivo si gobierna Sánchez de nuevo. Matute contestó recordando las reuniones del Gobierno de Aznar en 1998 con Otegi y con la cúpula de ETA. "¿Entonces era normal y ahora lo utilizan como ariete?", ha preguntado. 

Rufián ha insistido en la necesidad de un referéndum para Cataluña y ha preguntado a Sumar cuál es su propuesta. Vidal, su portavoz, ha contestado "que los catalanes puedan decidir su futuro político" a través del "diálogo". Una fórmula muy similar a la expresada por el portavoz del PSOE, que no ha convencido a Rufián. "¿El qué? ¿Más allá de eso, qué?", insistía el republicano. 

Rufián dijo que ERC "obligó" al Gobierno a indultar a los presos catalanes. Un regalo que Gamarra (PP) no desaprovechó

"No vais a conseguir la independencia de Cataluña", zanjaba el portavoz de la extrema derecha, que ha llegado a asegurar que en Cataluña hay más preocupación por "la república islámica" que por este asunto. 

Y finalmente, el bloque de pactos. El más jugoso y el que siempre decanta al votante. Cero sorpresas, aunque el PP ha arrancado reclamando pactos de Estado y un Gobierno "estable" alejado de "los extremos". "Nos jugamos el 23J un gobierno en la centralidad del PP o nueva coalición negativa con 25 partidos", ha dicho Gamarra, que ha sacado un gráfico con la cantidad de partidos que apoyarían a un eventual nuevo Ejecutivo de Sánchez.

Rufián ha querido saber si el PSOE apoyaría a Feijóo para evitar la entrada de Vox a La Moncloa, a lo que su portavoz ha contestado con un rotundo "no", que ha "dejado con la brocha colgada" al republicano, tal y como ha expresado el propio López. 

Vidal, de Sumar, ha pedido el voto para su formación y lo ha hecho "desde la esperanza", mientras que Vox ha sacado a relucir de nuevo el terrorismo, ETA y a Miguel Ángel Blanco. Incluso ha dejado caer que Matute, de Bildu, pudo estar implicado en su asesinato, a lo que éste ha contestado que aquel día estaba en una vigilia en Ermua, pueblo del concejal tiroteado, "pidiendo su liberación". "No sé dónde estabas tú", ha respondido. 

Un debate bronco ha dejado paso, días después, a un debate en serio, con un formato bien preparado pese a haber más participantes, estricto en los tiempos, pero respetuoso en el orden y en las intervenciones. Un debate en serio que resulta un alivio para los electores tras el bochornoso espectáculo que se vivió a principio de la semana. Todavía queda uno más antes de las elecciones. Será el próximo miércoles, a tres, sin Feijóo y, quién sabe, si con el mismo tono del de este jueves.

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