El corazón de la campaña del PSOE empieza a latir: "Vamos a por todas"
Sánchez abre la campaña en Madrid ante un público entregado y aferrado al espíritu de una posible remontada para el 23J.
"Cómo no voy a votarles, si a mi tía la mató su marido". Así de contundente habla Elena tras el final del acto de apertura de campaña del PSOE en la Casa de Campo de Madrid. Aunque su testimonio bien vale la apertura de crónica.
"¡Ni un paso atrás!", bramaba el público un rato antes, mientras se confirmaba definitivamente que el PSOE ya ha metido la quinta en su carrera a La Moncloa. Después de una precampaña en el que el partido del presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, empieza a notar síntomas de recuperación en las encuestas, este jueves ha sonado el pistoletazo de salida en la Casa de Campo de Madrid.
40 minutos antes de ese bramido colectivo y más aún del testimonio de Elena, 300 personas se quedaban fuera del pabellón mientras dentro se congregaban en torno a 1.400 que esperaban ansiosas la llegada de Sánchez. A esos centenares que no llegaron a tiempo no les quedó más remedio que seguir el acto por las pantallas. Todo suma.
Y de golpe llegó, vaya si llegó. Frente a los ataques de la derecha, el presidente puede presumir sin duda de la lealtad de los suyos. Un rumor precedió a un estallido de fervor que a más de uno pudo confundir y no saber si el que entraba era el candidato Sánchez o The Beatles.
El público, dispuesto en sillas de plástico, se lanzó a los márgenes para saludar al presidente. "¡Chiqui, que te toque la mano!, le gritaba una mujer a su marido. Mientras, una familia trataba de acercar a un bebé hasta el presidente y conseguir sacar una foto con el móvil en la que estuvieran Sánchez y la criatura en cuadro.
"Derogar frente a avanzar"
El inicio del acto fue accidentado. Lo abrió Juan Lobato, excandidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, una deficiencia en el número de altavoces, sumado a que Lobato habló demasiado bajo en algún momento, hizo que el público del fondo se quejara de que no podían oír sus palabras, que cargaban contra un Partido Popular poco menos que abonado a la mentira y a los titubeos, según Lobato, por los cambios de parecer de Feijóo con respecto a la reforma laboral o sus alianzas con la extrema derecha.
Rápidamente unos técnicos instalaron altavoces extras y los problemas de sonido no afectaron a la siguiente intervención, la de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera. A ella se la escuchó, tanto, que puso en pie al público en varias ocasiones.
Ribera defendió el ímpetu del Ejecutivo por avanzar en políticas verdes frente a una derecha que busca "derogar la lucha contra el cambio climático a través de la economía".
No faltó en la intervención de la ministra un espacio para defender "la bandera arcoíris" símbolo del colectivo LGTB+ que el PP y Vox han vetado de ayuntamientos por toda España fruto de sus pactos.
Y llegó el turno del "¡Presidente, presidente, presidente!" Sánchez. Si a Lobato no se le escuchó del todo, y Ribera ya sí calentó los ánimos, Pedro Sánchez reventó el auditorio.
Su intervención fue un repaso de todas las medidas del Gobierno que ha publicitado estas semanas por todos los platós televisivos que ha podido, pero sin las ataduras de una escaleta que marque los tiempos de las preguntas.
"El plan del PP y Vox es derogar, derogar y derogar... Y el del Partido Socialista es avanzar, avanzar y avanzar", clamaba Sanchez para cerrar el acto.
Elena, la mujer que abre este reportaje, estaba acompañada por su madre, mayor, que tuvo que huir con ella cuando era niña para esconderse de su marido, que las maltrataba. "No soy militante, pero este lunes me afilio", aseguraba la mujer.
Le acompañaba Lola, otra mujer, que venía acompañada por su marido y sus hijo que acaba de afiliarse a las juventudes socialistas de Leganés, de donde vienen todos.
Ya a la salida, se agolpaba la gente. Antonio Giraldo, concejal electo del Partido Socialista, comentab a El HuffPost que los ánimos en el partido "van para arriba" y que en esta campaña van a echar el resto para consolidar el viento a favor que dibujan las encuestas, aunque aún les sitúan lejos del PP.
El 28M fue una "decepción", admiten Juan José y Luis, dos socialistas clásicos. El primero tiene 74 años y el segundo "alguno más" cuenta para después terminar confesando que son 76. Han visto pasar muchas campañas, pero afirman que en esta ven cada vez más "ánimo e ilusión". ¿Qué piensan de Felipe González? "¿Ese? Un traidor, como el Corcuera, Leguina o Alfonso Guerra", se quejan amargamente y añaden: "El que vale es Zapatero".
Antes de irse, la madre de Elena se acerca a su hija y agarra al periodista por un brazo: "Tú pon que vamos a ganar y ya está".