Científicos descubren burbujas de plasma sobre las pirámides egipcias
Las burbujas de plasma suceden cuando una región de la ionosfera, la capa superior de la atmósfera, pierde grandes cantidades de electrones
Las pirámides de Egipto siguen asombrando al mundo. El radar ionosférico chino de largo alcance y baja latitud (LARID), situado en la isla de Hainan, ha conseguido detectar grandes burbujas de plasma sobre las islas Midway y las Pirámides de Egipto. Eso sí, no se trata de extraterrestres ni de fenómenos paranormales, sino de avances en la observación de la ionosfera terrestre.
Para entender la relevancia de este hallazgo debes conocer primero que existe una capa invisible pero vital que rodea nuestro planeta, la ionosfera, que está cargada de partículas eléctricas. Dentro de ella podemos encontrar estas burbujas de plasma ecuatoriales (EPB), que se forman cuando bolsas de gas sobrecalentado crean irregularidades en la densidad de iones en la atmósfera, generalmente después del atardecer en latitudes bajas.
Estas burbujas pueden alcanzar dimensiones de cientos de kilómetros de diámetro y su presencia puede causar graves perturbaciones en las comunicaciones por satélite y el GPS, cuenta National Geographic.
El radar LARID (Radar Ionosférico de Largo Alcance en Baja Latitud) es una innovación tecnológica desarrollada en China, situado en la isla de Hainan y capaz de detectar burbujas de plasma a distancias de hasta 9.600 kilómetros, lo que lo convierte en el radar más potente de su tipo en el mundo.
LARID funciona emitiendo ondas electromagnéticas de alta potencia que rebotan entre la ionosfera y la superficie de la Tierra. Cuando estas ondas encuentran una burbuja de plasma, parte de la señal se refleja de regreso al radar, lo que permite a los científicos detectar y analizar estas estructuras en tiempo real.
La detección de burbujas de plasma sobre las pirámides egipcias y las islas Midway casi simultáneamente es una hazaña significativa. Este descubrimiento no sólo proporciona información valiosa sobre la dinámica de la ionosfera, sino que también resalta la vulnerabilidad de nuestras tecnologías modernas ante fenómenos naturales.
