Así son las pistolas eléctricas incapacitantes que ya está usando la Guardia Civil

Así son las pistolas eléctricas incapacitantes que ya está usando la Guardia Civil

Cuando se quiere proceder a una inmovilización, se dispara "una corriente eléctrica capaz de interferir las señales eléctricas de los nervios musculares"

Una pistola laser

La Guardia Civil de Navarra ha finalizado la entrega y formación necesaria para la utilización de las pistolas eléctricas incapacitantes (PEI), que ha recibido recientemente.

Este tipo de arma reglamentaria ya se ha venido utilizando en otras Comandancias y Unidades operativas como experiencia piloto, según ha explicado la Guardia Civil en una nota.

Las PEI se han adjudicado a los componentes previamente seleccionados y formados de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia (USECIC), como una solución "complementaria y no letal" a las armas de fuego, y sirve para afrontar situaciones de riesgo tanto para los propios guardias civiles, como para la ciudadanía en general.

Para la adjudicación de este tipo de arma 'no letal' se imparte previamente un curso de formación a cada agente por personal especializado para su habilitación.

Del mismo modo, y al objeto de documentar gráficamente las intervenciones en las que se utilicen y dar así una mayor garantía de seguridad jurídica, estas pistolas van asociadas a un dispositivo de grabación de imágenes que se activa durante su uso.

El Ministerio del Interior ya anunció el pasado mes de febrero que compraría 960 pistolas de este tipo para inmovilizar a individuos durante unos minutos por necesidades operativas. A la adquisición de estas armas se destinaron 3.305.280,00 euros.

Cuando se quiere proceder a una inmovilización, se dispara "una corriente eléctrica capaz de interferir las señales eléctricas de los nervios musculares, impidiendo que el adversario realice movimientos voluntarios durante un tiempo determinado”.

Esta corriente incapacitante se podrá descargar sobre el adversario de dos modos: conducida por los cables de las sondas tras el disparo y clavadas en su piel o por contacto directo de los electrodos del arco.

Otro aspecto técnico es que es "un arma de gas comprimido que en cada disparo lanzará un par de proyectiles, denominados sondas, unido cada uno de ellos a un cable eléctrico conectado a un generador ubicado en la pistola cuya finalidad es transferir al adversario una cantidad no letal de energía eléctrica que provoque, durante unos segundos, los efectos incapacitantes”. También puede actuar “como defensa eléctrica convencional por contacto directo de sus electrodos de arco eléctrico con la piel del adversario”.

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Al mismo tiempo, “la pistola dispone de dos sistemas de puntería: sistema clásico (alza y punto de mira) y sistema de puntería por designadores láser”.