Los argumentos del PSOE en Extremadura: 6.276 votos y 406 concejales de ventaja sobre el PP
Guillermo Fernández Vara ha anunciado que se presentará a la investidura con la legitimidad que le otorga haber sido el más votado. Sin embargo, la decisión choca con la lógica de bloques ideológicos.
El día después de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, lejos de rebajar el ambiente, lo ha revolucionado todo. Los resultados dibujaron una clara victoria de las derechas, con una mayoría absoluta del PP en Madrid y La Rioja y la posibilidad de gobernar pactando con la ultraderecha en otras seis comunidades.
El terremoto en el campo de la izquierda no se dejó esperar, uno de los primeros en reconocer la derrota del bloque de la izquierda fue el candidato socialista a presidir Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que anunció que pediría el reingreso laboral en su plaza como médico forense.
Pero después del terremoto llegaron las replicas, con una magnitud en la escala Richter aún más grandes que el domingo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ante los medios de comunicación desde la Moncloa, lo que hacía pensar en un mensaje de calado como una crisis de Gobierno o una ruptura de la coalición. Pero fue más allá: elecciones generales anticipadas para el 23 de julio.
Ante una perspectiva electoral muy pesimista en diciembre, Sánchez decidía así ahorrarse cinco meses de desgaste y echar el resto en una patada hacia delante muy fiel a su estilo político. Lo revolvió todo, 24 horas después de la victoria de las derechas, ese triunfo quedaba eclipsado, la contestación interna dentro del PSOE desactivada y la izquierda a su izquierda obligada a entenderse en tiempo récord.
El partido socialista, en consecuencia, no tardo en revolverse y poco a poco parece salir del abatimiento y cierra filas en torno al presidente. Guillermo Fernández Vara anunció este martes que se presentará a la investidura (Aunque los escaños no le dan) y Javier Lambán en Aragón, tres cuartos de lo mismo.
El partido más votado en Extremadura es el PSOE
Vara apuntala su movimiento con un argumento que ha esgrimido nada más y nada menos que Alberto Núñez Feijóo, que pidió que la fuera la lista más votada la que gobernara. Y es lo que ocurre con el PSOE en Extremadura, donde aventaja al PP en 6.276 votos, un 1,04% de distancia. Sin embargo, la traducción en escaños da un empate entre ambos a 28 escaños.
El PSOE sale mejor parado en el plano municipal. Aunque no ha ganado en Badajoz (Que gobierna la derecha desde 1995) ni en Cáceres, sí ha ganado en Mérida con algo más del 48% de los votos. El saldo general en el plano municipal, también sonríe a los socialistas, que tienen a su favor el 42,27% de los votos de los pueblos y ciudades extremeñas, 4,15 puntos por delante del PP, en segunda posición.
La ventaja se traduce en que el PSOE tiene 406 concejales más que los de María Guardiola, candidata de los populares, y suman en total 1.653 ediles frente a los 1.247 del PP.
La lógica de bloques ideológicos
El argumento de Feijóo de que gobierne el partido más votado es algo que han defendido tanto el PSOE como el PP a lo largo de los últimos años, normalmente animados por sus perspectivas electorales. Sin embargo, es una dinámica propia de los tiempos del bipartidismo, algo que estalló en 2015 con la entrada en liza de Ciudadanos y Podemos, y algo más tarde, en 2018 la ultraderecha de Vox.
España es un país que se rige electoralmente desde hace ocho años por los pactos y coaliciones entre formaciones políticas de signos ideológicos más o menos afines. Ahí está el primer Gobierno de coalición desde la Segunda República como prueba más destacada. La suma de la derecha y la ultraderecha en Extremadura, en términos globales de escaños, suma más que las izquierdas de PSOE y Unidas Podemos: 32 a 33.
De hecho, los de Feijóo necesitarán de los ultraderechistas de Vox para poder acceder a gobiernos tan emblemáticos como el de la Comunidad Valenciana, algo en lo que la izquierda izquierda ha enfocado buena parte del inicio de la precampaña para tratar de movilizar a sus votantes. El propio Sánchez ha reforzado ese marco este miércoles: "El PP y Vox solo quieren destruir".