3.720 litros de gasolina para completar la macabra ruta a España
El volumen de combustible que emplean las mafias migratorias expone la tragedia que se esconde detrás de la peligrosa travesía hacia las Islas Canarias.
El trayecto entre el sur de Mauritania y Canarias, una distancia similar a la que separa Lanzarote de Madrid, se ha convertido en un corredor migratorio marcado por la desesperación y la muerte. Una reciente operación policial en Mauritania ha revelado detalles estremecedores sobre cómo operan las mafias que gestionan esta ruta: un motor, 3.720 litros de combustible y chalecos salvavidas son el siniestro equipamiento de esta travesía.
En noviembre, las autoridades mauritanas detuvieron a cerca de 140 ciudadanos pakistaníes que pretendían llegar a Canarias en cayuco. Los arrestos se produjeron en la zona de Moughata, al sur de Nuakchot, en una operación que destapó un almacén de materiales para la travesía: 62 bidones de 60 litros de gasolina, motores de embarcación y uniformes de marinero. Las mafias han ampliado sus redes, sumando a asiáticos a los tradicionales flujos de migrantes sahelianos.
Este fenómeno añade una dimensión global a la crisis migratoria. Las familias de los detenidos han acordado pagar su repatriación a Islamabad, después de que Mali rechazara recibirlos. Las detenciones refuerzan el mensaje de las autoridades mauritanas, apoyadas por programas de cooperación con España, para desmantelar estas redes.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió este noviembre de un alarmante aumento de muertes y desapariciones en la ruta migratoria del Atlántico occidental (WAAR). Solo en el tercer trimestre de 2024, se registraron 544 muertes y desapariciones, más del doble que en el mismo período del año anterior. Este trágico incremento contrasta con la caída general de llegadas a Europa a través del Mediterráneo, evidenciando que Canarias se ha convertido en una opción desesperada para miles de personas.
Los migrantes que arriesgan su vida en esta ruta provienen, mayoritariamente, de Argelia, Mali, Marruecos y Senegal. Sin embargo, el perfil está cambiando, como demuestra la inclusión de pakistaníes. La ONU insiste en que se necesitan medidas urgentes para prevenir estas tragedias, incluyendo operaciones de búsqueda y rescate, cooperación internacional y la creación de rutas migratorias seguras.
En contraste con el drama de la WAAR, España apuesta por fomentar la migración regulada. La embajadora española en Senegal, María Dolores Ríos Peset, anunció que en 2025 se ampliará el programa de migración circular, pasando de 150 a 250 contratos estacionales para trabajadores senegaleses en el sector agrícola. Este modelo, iniciado en 2019, busca ofrecer alternativas legales y seguras frente a la explotación de las mafias.