28-M: un examen para todos... a nivel nacional
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28-M: un examen para todos... a nivel nacional

Las elecciones de este domingo son una prueba de fuego para Sánchez y Feijóo, pero también dirimirán el futuro de Podemos, Vox y Cs.

Elecciones autonómicas y municipales.Anadolu Agency via Getty Images

Es un tópico muy manido de la política española: toda elección tiene resonancia a nivel nacional. Pero lo cierto es que para las municipales y autonómicas de este domingo 28 de mayo no cabe otra lectura. Porque la conversación sólo ha sido nacional. 

Arrancó la campaña con Bildu y ETA en boca de todos —sobre todo, de algunos—, continuó con el racismo y lo sucedido en Valencia con Vinicius, y ha acabado con un escándalo general por el fraude en el voto electoral, que ha afectado tanto a PP como a PSOE. 

Casi ni se ha hablado de propuestas programáticas, no ya locales, casi ni regionales. Lo que está en juego ha quedado en otro plano para centrarse todo en lo que estará en juego en unos meses: quién ocupa La Moncloa a partir de 2024. 

Con esto en la mente ya entraban los partidos a la campaña, cierto es, y por eso estas elecciones son un examen para todos. Nadie se escapa. Unos parciales que subirán nota o dejarán en la estacada a los que no hayan hincado codos.

Conscientes de ello, en el PP no han dejado de plantear la campaña como un plebiscito. Desde el primer día hasta el propio cierre de campaña, donde la disyuntiva planteada por los populares es clara: "o el sanchismo o España". Así lo expresó el propio Alberto Núñez Feijóo, líder de esta formación, en el mitin de cierre de campaña en el que se escucharon insinuaciones gravísimas contra Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo, por parte de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que le acusó de "pucherazo" tras el escándalo de la compra de votos en el que el PP tiene a varios supuestos implicados. 

El PP ha estirado la idea del plebiscito general durante toda la campaña, en la que daba igual el territorio: de un extremeño a un gallego, un gaditano, un murciano, un vasco o un madrileño, todos tenían que decidir entre el candidato de turno o Pedro Sánchez. Y puede estar funcionando, porque las previsiones de los de Feijóo es hacerse con plazas importantes a nivel regional, como la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares e, incluso, Castilla-La Mancha. 

En el PSOE son conscientes de que la noche del 28 de mayo puede ser complicada. La posibilidad de perder gran parte de su poder regional y municipal podría ser terrible para las opciones de Pedro Sánchez de seguir en La Moncloa cuatro años más. 

Y podría provocar un incendio interno, ya que los barones que se juegan su continuidad son los más críticos con las alianzas tejidas por el Ejecutivo de coalición. Irónicamente, su supervivencia, en caso de andar la cosa ajustada, pudiera pasar por pactar con esos 'socios' que han demonizado, como Podemos. 

  Pedro Sánchez, a la derecha, con Javier Lambán, presidente de Aragón y candidato del PSOE.Europa Press via Getty Images

Los morados van a ser fundamentales para decantar las cosas hacia la izquierda. Su entrada en numerosos parlamentos, donde las encuestas les sitúan en el alambre, podría suponer la pervivencia de ejecutivos progresistas o el vuelco hacia la derecha. 

Los de Ione Belarra han tirado de campaña beligerante. Lonas gigantes con el rostro del hermano de Ayuso, mensajes contra los cayetanos... Y Pablo Iglesias. El exvicepresidente y exlíder de Podemos ha sido la baza usada por el partido para el final de campaña, donde ha protagonizado mítines en los que nadie se ha librado de sus críticas: ni periodistas, ni antiguos compañeros de viaje

Muy pendiente de los resultados de Podemos estará Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. La fuerza de la que salgan los morados de los comicios del domingo será fundamental para poner sobre la mesa de negociación exigencias de alianza a Sumar, el proyecto de Díaz, de cara a las generales.

  Yolanda Díaz con el candidato de Podemos a la Comunidad Valenciana, Héctor Illueca.Europa Press via Getty Images

Durante la campaña, la vicepresidenta ha tratado de contentar a todos, haciendo notables equilibrios para estar presente en actos con las confluencias y con Unidas Podemos. Su equipo recuerda este dato: el 95% de los mítines a los que ha acudido han contado con presencia de la formación morada. El objetivo de Díaz era salir de esta campaña sin mácula ni reproche por parte del resto de partidos de izquierdas. Su esfuerzo le ha costado. 

La disyuntiva de Vox y la descomposición de Cs

Aunque la derecha parece que va a triunfar en estos comicios, también hay cuestiones que se deben dirimir a ese lado del espectro ideológico. Vox, el partido de extrema derecha liderado por Santiago Abascal, se juega muchas de sus bazas futuras. Ser o no ser muleta del PP. Formar parte o no formar parte de gobiernos regionales y locales. Es la misma disyuntiva en la que se encontraba Podemos hace unos años. 

Ahora toca salir de la barrera y mirar de frente al toro. Ser como García-Gallardo en Castilla y León, pero con responsabilidades de gobierno. ¿Será capaz de dividir el voto de la derecha como quería evitar el PP con la presencia de Aznar?

Pero si alguien lo tiene difícil ese es Ciudadanos. Un partido en plena descomposición, con una líder apenas conocida por el electorado y con sólo un nombre con algo de tirón, Begoña Villacís en la capital. Para colmo, su futuro político también pende de un hilo, ya que muchas encuestas apuntan a que podría quedarse fuera del Consistorio. Eso sería prácticamente el fin de un partido, el naranja, que vive sus últimas bocanadas tras años de diferencias internas y un éxodo de dirigentes prácticamente inédito en la política española. 

Quedan horas para conocer el resultado de un examen, el de las urnas, que despejará el futuro político de este país. El domingo, a partir de las 20:00h, salen las notas. 

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Jefe de Política de El HuffPost

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