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Un ensayo nuclear de rusos y estadounidenses el pasado siglo cambia el color del cielo de España

Un ensayo nuclear de rusos y estadounidenses el pasado siglo cambia el color del cielo de España

Estarían detrás de las llamativas escenas vividas en 2022, según un estudio publicado en Science.

Imagen de la calima concentrada en el puerto de Alicante.EFE/ Morell

Fue hace casi tres años, pero sus testigos lo recordarán bien. El 15 de marzo de 2022 las provincias de Granada, Alicante, Almería y Murcia tiñeron de rojos sus cielos. Un episodio de calima extrema cambió el paisaje unas horas y dejó unas huellas que duró tiempo.

Básicamente, el que costó limpiar todos los restos de la arena que impregnó casas, coches y todo lo que pilló por medio. No sólo en España, porque la 'nube roja' tocó buena parte de Europa.

Fue una ola de polvo sahariano, con una carga muy elevada. Más allá del rosario de fotografías, vídeos y testimonios virales, fue todo un desafío para los científicos. Desde entonces han estudiado sus restos y ahora un trabajo publicado en Science Advances da una explicación más llamativa.

En las muestras analizadas se han hallado restos de cesio y plutonio, con un origen más remoto de lo que podría pensarse. Las primeras investigaciones lo ligaron a unos ensayos nucleares realizados por Francia en los años 60 en el sur de Argelia, justo donde se originó esta 'masa roja'.

Pero yendo más allá, detrás no estarían los franceses, sino otros ensayos nucleares de la Unión Soviética y EEUU, según las proporciones analizadas de plutonio y de cesio radiactivos. 

Los resultados determinan que no sólo no se corresponden con la señal generada por las pruebas atómicas francesas, sino que coinciden con el rastro global de radiación detectada a lo largo del planeta a causa de los ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética y Estados Unidos durante las décadas de 1950 y 1960.

La buena noticia que aportan los científicos es que esa contaminación radiactiva detectada en todas las muestras "no presentó un riesgo para la salud pública" en términos de exposición a la radiactividad.

El trabajo obtuvo unos niveles medios de cesio radiactivo en esas muestras de 14 becquerelios por kilo (Bq/kg), la unidad que mide la actividad radiactiva, cuando los niveles autorizados en productos alimenticios se sitúan en 1.000 Bq/kg y en 400 Bq/kg en el caso de productos de alimentación infantil, según la Universidad de Oviedo.