La NASA forma nubes en varios países y no es una conspiración: es para la ciencia e inofensivo
Tiene una explicación (y es bastante sencilla).
La NASA está creando (desde hace tiempo) nubes en varios países. No obstante, esta acción no tiene nada que ver con las teorías conspirativas de los chemtrails, sino que es un procedimiento utilizado de forma habitual por la agencia espacial estadounidense para hacer avanzar la ciencia.
Para ‘fabricar’ esas nubes, la NASA lanza sondas a gran altitud. Las mismas cuentan con botes de diferentes compuestos químicos. Entre ellos se encuentra el trimetilaluminio, un líquido incoloro que, según ha indicado la agencia espacial al medio de comunicación francés actu.fr, produce una especie de luminiscencia en este “vapor artificial”.
Además, desde la organización subrayan que los compuestos químicos utilizados “son absolutamente inofensivos para el medioambiente o la vida en la Tierra”. En ese sentido, la NASA ha explicado que “los vapores utilizados como trazadores son metales que se utilizan mucho más comúnmente en los fuegos artificiales cotidianos. Los materiales trazadores, como los compuestos de bario, litio y aluminio, se utilizan para dar colorido a los fuegos artificiales y proporcionar efectos luminosos intensos”.
A ello hay que añadir que la creación de esas nubes artificiales tiene lugar muy lejos del suelo, a altitudes de entre 80 y 400 kilómetros. Una buena referencia para entender la gran distancia a la que se encuentran esas nubes es que los aviones comerciales vuelan a una altitud de entre 9 y 13 kilómetros.
El objetivo de esta práctica de la NASA es comprender mejor ciertos movimientos que se producen de manera natural en la alta atmósfera. “Los científicos intentan comprender estos movimientos porque representan un conocimiento fundamental del entorno cercano a la Tierra. El movimiento de los gases neutros e ionizados revela cómo se transportan la masa y la energía de una región a otra. Estos movimientos también reaccionan a los cambios en la actividad solar”, precisan al respecto desde la agencia espacial norteamericana.
Por esa razón, es más que evidente que estas nubes creadas por la NASA no tienen incidencia alguna en el clima. “Si el comportamiento de las zonas estudiadas cambiara a causa de esta actividad, no tendría ningún valor”, resaltan en la organización.