Muere Sphen, el famoso pingüino gay que incubó una cría con su pareja Magic

Muere Sphen, el famoso pingüino gay que incubó una cría con su pareja Magic

"Su legado seguirá vivo a través del amor que compartió con Magic y a través de todos los mensajes contra el calentamiento global que nos ayudaron a difundir"

El pingüino Sphen, en primer plano, junto a su pareja Magic en el acuario de Sidney.Sea Llife Sydney Aquarium

Sphen, el pingüino que saltó a la fama en 2018 después de que él y su pareja del mismo sexo Magic se convirtieran en padres de una cría que ellos mismos incubaron, ha muerto este jueves a los once años en lo que el acuario australiano de SEA Life en Sidney, donde vivía, ha calificado de "triste deceso" en un comunicado publicado en Instagram

La hazaña más destacada de Sphen fue la de adoptar y criar con éxito a dos polluelos en los seis años que fue la pareja de Magic: Sphengic en 2018 y Clancy en 2020. "Ambos compartían un vínculo diferente al de la mayoría de las parejas de pingüinos: incluso se les podía ver juntos cuando no era la época de cría, algo único en los pingüinos papúa", señala el comunicado.

Pero más allá de su "historia de amor", tanto Sphen como Magic han ayudado a promover el respeto por la diversidad sexual y han dado impulso a los mensajes por la conservación de la naturaleza y las acciones contra la crisis climática, agrega el acuario de Sidney. Los dos pingüinos, además, han inspirado una carroza del festival Mardi Gras que celebra la comunidad LGTBIQ+ de la ciudad australiana y también aparecen en la serie Atypical de Netflix, señala SEA Life en el texto.

Los pingüinos juanito -que habitan las islas subantárticas, especialmente en las islas Malvinas (Falkland), la Península Antártica, así como en colonias más pequeñas como la isla australiana Macquarie- pueden llegar a alcanzar una altura de hasta 90 centímetros y pueden nadar a una velocidad de hasta 36 kilómetros por hora. La esperanza de vida de la especie oscila entre los doce y los trece años.

Titania
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Santander

Los pingüinos subantárticos, por otra parte, deben hacer frente a una serie de amenazas, incluida la pérdida de su hábitat natural y de sus nidos de cría por culpa del calentamiento global y por el consumo de desperdicios plásticos que a menudo se puede transmitir a sus crías al alimentarlos regurgitando el pescado que comen.