Los responsables de un Parque Nacional denuncian que un paquete de Cheetos ha cambiado el ecosistema de la cueva

Los responsables de un Parque Nacional denuncian que un paquete de Cheetos ha cambiado el ecosistema de la cueva

Los trabajadores denunciaron que un simple gesto como este puede modificar por completo todos los aspectos de una caverna.

Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad, Nuevo México, Estados Unidos, América del NortePhotographer © John Elk 111 / Lonely Planet Images

Un simple gesto puede cambiar el entorno, paisaje y ecosistema de un lugar por irrelevante que pueda parecer, y más en zonas y parajes prácticamente vírgenes en los que cualquier mínimo acto incívico puede tener unas consecuencias inimaginables.

Un episodio de estas características ha tenido lugar en una cueva protegida y a la que se puede acceder pero bajo unas normas muy restrictivas y limitadas, con el objetivo de preservar y mantener el ecosistema en las mejores condiciones, pero por desgracia, no siempre ocurre así.

Recientemente, los trabajadores de una cueva ubicada en el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad en Nuevo México, han denunciado que un inocente paquete de Cheetos vacío ha modificado por completo numerosos aspectos de una de sus cuevas, provocando daños muy importantes que están intentando paliar poco a poco.

Según relataron los responsables de la Cueva, una bolsa de Cheetos, vertido por uno de los visitantes tuvo un "enorme impacto" en la cueva, tal y como apuntó en su perfil de Facebook la cuenta oficial del parque.

En primer lugar, hay que resolver algunas cuestiones. La primera de ellas tiene que ver con las restricciones a las que todos los visitantes deben ceñirse, y entre ellas está la de que lo único que se puede consumir una vez que se entra en una de las cuevas es el agua que la rodea, por lo que queda terminantemente prohibido consumir cualquier tipo de comida y mucho menos, lanzar los residuos al agua. Pero alguien hizo caso omiso. 

Las consecuencias de lanzar una bolsa de Cheetos

A priori, podría parecer que una simple bolsa de Cheetos vacía no tendría por qué resultar tan dañina, pero la por desgracia, la realidad es que sí. Según informaron desde los canales oficiales del parque, "el maíz procesado, ablandado por la humedad de la cueva, formó el ambiente perfecto para albergar vida microbiana y hongos".

Y señalan que, "los grillos, ácaros, arañas y moscas de la cueva pronto se organizaron en una red alimentaria temporal, dispersando los nutrientes por la cueva y las formaciones circundantes". Esto provocó que "el moho se extendiera más arriba, en las superficies cercanas, donde fructificaron, murieron y dejaron un mal olor. Y el ciclo continúa”.

De acuerdo con la explicación dada por los responsables de la cueva, "a escala humana una bolsa de refrigerio derramada puede parecer trivial, pero para la vida de la cueva puede cambiar el mundo".

Ante esta alarmante situación, los guardabosques tuvieron que pasar 20 minutos retirando el moho y los residuos extraños derivados de las superficies dentro de la cueva, y argumentaron que, del mismo que ciertos miembros del ecosistema han surgido a lo largo del tiempo debido a los restos de los bocadillos de la gente, ya forman parte del ecosistema, "el moho y la vida microbiana, no".

"La cueva no es un gran basurero"

En sus publicaciones en Facebook, el Parque Nacional define lo ocurrido como "completamente evitable" y aprovechó la ocasión para recordar que la cueva "no es un gran basurero", y que la presencia de cualquier persona ya se nota en el  entorno, pero lo que no se puede permitir es agravar esa huella de forma innecesaria y dañina.

Además, en su propia web destacan que no se puede comer o beber cualquier cosa que no sea agua, ya que eso atrae a los animales a la caverna. Hay que destacar que la Gran Sala del Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad es la cámara de cueva de mayor tamaño de América del Norte -formada hace millones de años-, por lo que su importancia es mayúscula.