La zona de choque que esconde el 90% de las extrañas gemas rosadas de los 100.000€
Un viaje por la historia de un yacimiento con miles de millones de años a su espalda.
La mina Argyle, ubicada en el noroeste de Australia, es el mayor productor de diamantes de colores del mundo y de ella proceden el 90% de los de color rosa que se extraen en la Tierra. El yacimiento se descubrió en 1979 y estuvo en funcionamiento hasta 2020, cuando se cerró por agotamiento de los recursos.
El proceso de formación de los diamantes rosas en la mina de Argyle comenzó hace unos 1.800 millones de años, cuando el supercontinente Rodinia se estaba separando. En ese momento, las placas tectónicas que lo formaban se movieron y chocaron, provocando las condiciones de calor y presión necesaria para que se formen las piedras preciosas. Sin embargo, el yacimiento en sí se formó hace aproximadamente 2.500 millones de años, en una región del supercontinente Columbia, el primero que se formó en la Tierra.
La mina Argyle, según el diario La República, produjo diamantes de todos los colores desde su apertura, pero los de color rosa eran los más raros y valiosos. En realidad, estas piedras preciosas pueden ser de color rosa claro, rosa intenso o incluso rojo. Tonalidades que le otorgan un mayor valor, siendo los de un color intenso y uniforme los más valiosos.
Para conseguir esas tonalidades, los diamantes normales, incoloros, se ven sometidos a una presión mucho mayor de la que necesitan para formarse. Esta, hace que los átomos de carbono se tengan que reacomodar, un hecho que les otorga el distintivo color rosa.
Durante los 41 años que Argyle estuvo activa, la mina se convirtió en un importante contribuyente de la economía australiana: generó más de 2.000 millones de dólares en ingresos para el gobierno australiano. Su cierre en 2020 supuso una pérdida significativa para la industria de los diamantes. Sin embargo, los diamantes rosas de Argyle siguen siendo muy populares entre los coleccionistas y los compradores de joyas.
Buscando nuevos yacimientos
El cierre de la mina de Argyle por agotamiento de recursos fue un duro golpe para el mercado de diamantes rosas. No en vano, desaparecía el principal suministrador de la piedra precia. Sin embargo, un reciente hallazgo de científicos de la Universidad de Curtin, puede ser de gran ayuda para encontrar nuevos depósitos de diamantes.
En concreto, en un estudio publicado en la revista Nature Communications, han identificado el tercer ingrediente clave faltante necesario para traer valiosos diamantes rosas a la superficie de la Tierra, donde se pueden extraer. Si bien se sabe que para que se formen diamantes es necesario que haya carbono en la profundidad terrestre, y para que se vuelvan rosados deben estar sujetos a las fuerzas de la colisión de placas tectónicas, el nuevo estudio ha encontrado el tercer ingrediente necesario para la presencia de diamantes rosas a nivel de la superficie, que son continentes que se "estiraron" durante la ruptura continental hace cientos de millones de años.
El investigador principal, el Dr. Hugo Olierook, del Centro John de Laeter de Curtin, asegura que el "estiramiento" de las masas terrestres creó huecos en la corteza terrestre a través de los cuales el magma que transportaba diamantes podía ascender a la superficie.
"Si bien el continente que se convertiría en Australia no se dividió, el área donde se encuentra Argyle se estiró, incluso a lo largo de la cicatriz, lo que creó espacios en la corteza terrestre para que el magma se disparara hacia la superficie, trayendo consigo diamantes rosas. "Mientras estos tres ingredientes estén presentes (carbono profundo, colisión continental y luego estiramiento), creemos que será posible encontrar el 'próximo Argyle'.