La NASA descubre "componentes básicos de vida" en el asteroide Bennu
El polvo oscuro recogido por la sonda ‘OSIRIS-REx’ de la Agencia Espacial Americana, contiene agua y carbono.
Los "componentes básicos para la vida en la tierra" se encuentran en un asteroide que deambula por el espacio desde hace más de 4.500 millones de años de antigüedad, ha asegurado la NASA este miércoles. Este descubrimiento revelado por la agencia espacial ha abierto de nuevo la incógnita de si hay vida en el espacio y da pistas sobre el origen de la vida en la Tierra.
La sonda 'OSIRIS-REx', enviada al espacio por la NASA el 8 de septiembre de 2016 desde Cabo Cañaveral, ha hecho un viaje galáctico de 6.200 millones de kilómetros de ida y vuelta entre el asteroide Bennu y la Tierra, a donde regresó este 24 de septiembre. El artefacto albergaba en su interior 60 gramos de “polvo oscuro” extraídos de la superficie de esta roca espacial de 500 metros de largo.
El polvo oscuro, "es la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás enviada a la Tierra y ayudará a los científicos a investigar los orígenes de la vida en nuestro propio planeta para las generaciones venideras", ha declarado el administrador de la NASA, Bill Nelson. Las pruebas también han detectado "la presencia de agua y moléculas orgánicas en la arcilla".
El hallazgo del asteroide, que tiene el tamaño del famoso edificio Empire State, tiene un lado negativo, ya que amenaza con impactar en la Tierra en menos de 200 años, aunque las posibilidades son "extremadamente pequeñas". Por el lado positivo, este nuevo descubrimiento, contiene las pistas para conocer el origen de los cuerpos que componen nuestra galaxia, según la NASA.
“A medida que observamos los antiguos secretos preservados dentro del polvo y las rocas del asteroide Bennu, estamos desbloqueando una cápsula del tiempo que nos ofrece conocimientos profundos sobre los orígenes de nuestro sistema solar”, ha indicado el investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta.
“La abundancia de material rico en carbono y la abundante presencia de minerales arcillosos acuíferos son sólo la punta del iceberg cósmico. Estos descubrimientos, posibles gracias a años de colaboración dedicada y ciencia de vanguardia, nos impulsan en un viaje para comprender no sólo nuestro vecindario celestial, sino también el potencial para el comienzo de la vida”, ha agregado Lauretta.
Los restos que ha traído la cápsula de la NASA superan en diez veces el material que recogió la última misión exitosa antes de esta, desarrollada por Japón y que consiguió cinco gramos de tierra del asteroide Ryugu.
La sonda nipona, bautizada con el nombre de Hayabusa 2, que regreso en 2020 a la Tierra, aterrizó con las muestras más antiguas del sistema solar al que se habían tenido acceso hasta ahora, datadas también en unos 4.500 millones de años. A diferencia de la cápsula estadounidense, esta portaba uracilo, una de las cuatro letras del ARN, la molécula esencial para la vida.
La NASA no quiere detenerse en la carrera espacial y ya mira al próximo reto de la sonda OSIRIS-REx. Esta vez, el objetivo será al asteroide Apofis, que pasará junto a la Tierra en 2029, a menos de 30.000 kilómetros de distancia.