Investigadores activan la cuenta atrás para salvar la Tierra de una amenaza que emerge del océano
Los cambios en las corrientes oceánicas podrían tener consecuencias nefastas.
Un nuevo estudio publicado este mes en la revista Nature advierte sobre los crecientes peligros que pueden suponer los cambios en las corrientes oceánicas. La investigación constata que una circulación más débil en las corrientes oceánicas podría aumentar la cantidad de CO2 acumulado en la atmósfera y, en consecuencia, las temperaturas globales. Esto aceleraría la destrucción del planeta.
La razón tiene que ver con una retroalimentación entre el hierro disponible en el océano, el carbono y los nutrientes que surgen, los microorganismos de la superficie y una clase poco conocida de moléculas conocidas generalmente como "ligandos".
Cuando el océano circula más despacio, todos estos actores interactúan en un ciclo que se perpetúa a sí mismo y que, en última instancia, aumenta la cantidad de carbono que el océano devuelve a la atmósfera.
"Al aislar el impacto de esta retroalimentación, vemos una relación fundamentalmente diferente entre la circulación oceánica y los niveles de carbono atmosférico, con implicaciones para el clima" dice en un comunicado el autor del estudio Jonathan Lauderdale, científico investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT. "Lo que pensábamos que estaba sucediendo en el océano se ha revertido por completo", añade.
Lauderdale señala que los hallazgos muestran que "no podemos contar con que el océano almacene carbono en las profundidades oceánicas en respuesta a futuros cambios en la circulación". Por ello, plantea que "debemos ser proactivos en la reducción de emisiones ahora, en lugar de depender de estos procesos naturales para ganar tiempo para mitigar el cambio climático".