"El sol es amarillo" y otros mitos sobre el espacio que te has creído
Y las películas de ciencia ficción tienen algo que ver.
El universo es un lugar desconocido y con muchas incógnitas. Quizá por eso surgen tantos mitos alrededor de su creación o de lo que se puede avistar desde allí, como ese que dice que la Muralla China es visible desde el espacio.
Pero, como explica Muy Interesante, son solo eso: mitos. ¿O es que alguien aún confía en viajar al espacio y hacer una foto de la Gran Muralla China? El origen del mito se remonta al año 1754, pero a día de hoy hay quien sigue creyéndolo porque así lo han estudiado en muchos libros de texto.
Otra falsa creencia muy extendida es la que dice que el sol es amarillo. Y, aunque se ve de ese color, en realidad es blanca. Lo que pasa es que la atmósfera de nuestro planeta hace que parezca amarilla, de igual modo que el cielo parece azul y tampoco lo es.
El Sáhara tampoco es el desierto más grande de La Tierra. Aunque siempre se ha tenido esa percepción, en realidad ese título se lo lleva la Antártida (13.829.430 kilómetros cuadrados). Y es que no todos los desiertos tienen por qué tener altas temperaturas y estar llenos de arena.
El siguiente mito es fuerte: Júpiter orbita alrededor del Sol igual que el resto de planetas de la Vía Láctea. Pues no. Su gran tamaño (tiene una masa 318 veces superior a la de La Tierra) hace que su centro de gravedad no esté en el Sol, sino más allá.
El Everest tampoco es la montaña más alta del planeta. Técnicamente es la isla de Hawái, que tiene su punto más alto en el volcán Mauna Kea (8.848 metros sobre el nivel del mar). Sin embargo, la mayor parte se encuentra bajo el agua, alcanzando cerca de 10.000 metros.
Y siempre se ha creído que los agujeros negros son como una especie de aspiradoras cósmicas por culpa de las películas de ciencia ficción. No obstante, no tienen tanta fuerza como la gente se piensa porque aunque sean muy grandes tienen masa. Así que su atracción gravitatoria variará en función de su masa.