Derecha y ultras tumban la Ley de Restauración de la Naturaleza para proteger la biodiversidad
La norma busca reparar el 20 % de los ecosistemas dañados de la UE en 2030 pero para el PP Europeo está "mal diseñada" y por eso la rechaza.
La Ley de Restauración de la Naturaleza para reparar el 20 % de los ecosistemas dañados de la UE en 2030 tropezó ayer con un obstáculo crítico en el Parlamento Europeo, que complica la tramitación de una iniciativa a la que se oponen el Partido Popular Europeo (PPE), la ultraderecha y las grandes asociaciones agrarias.
El voto de apoyo o rechazo al texto al completo cosechó 44 papeletas a favor y 44 en contra de los 88 europarlamentarios que conforman la comisión de Medioambiente, un empate que no permite adoptar el borrador.
Pese al rechazo del paquete y las enmiendas en conjunto, el texto será modificado y enmendado aún de cara a la votación crucial en el pleno del hemiciclo comunitario en julio, preludio de la negociación final con los Estados miembros durante la presidencia española del Consejo de la UE.
Su paso por la comisión competente de Medioambiente era importante para saber cómo llega la propuesta a ese gran examen en el plenario, después de que las de Agricultura y la de Pesca hubieran rechazado la iniciativa, aunque su opinión era sólo consultiva.
Si el pleno también lo rechaza, la Ley de Restauración de la Naturaleza quedará seriamente comprometida.
La sala ofrecía una estampa bulliciosa, inusual en un paso tan preliminar en la tramitación de una norma, ya que se trataba sólo de aprobar un mandato para que el Parlamento pueda negociar con los Estados miembros.
Cientos de eurodiputados de otras comisiones, asesores, periodistas, fotógrafos, lobistas y demás elementos del ecosistema comunitario intentaban encontrar hueco en repisas y bordillos para seguir una votación que había arrancado el pasado día 15, en una maratoniana sesión cuyo final tuvo que ser aplazado, aunque sí dio tiempo entonces a rechazar la enmienda a la totalidad presentada por el PPE.
Por eso, justo antes de ese último voto final e intuyendo que las matemáticas jugarían en su contra, el negociador jefe del expediente en el Parlamento Europeo, el español César Luena (PSOE), tomó la palabra para dirigirse al resto de eurodiputados y reivindicó aquella victoria parcial.
"De alguna forma ya hemos ganado, porque hemos logrado que este texto siga su tramitación", dijo Luena, quien recordó que los Estados miembros han tomado posición y negociarán la norma, por lo que interpeló al PPE a recapacitar su postura.
"Vuelvan al Pacto Verde Europeo, vuelvan al consenso científico y la negociación", agregó Luena.
Laberinto parlamentario
El reglamento, diseñado por la Comisión Europea, pretende ser la implementación europea de los acuerdos de la Conferencia de Biodiversidad de Naciones Unidas (COP15) y aspira a restaurar todos los ecosistemas dañados de la Unión Europea para mitad de siglo, horizonte en el que la UE espera haberse convertido en una economía descarbonizada y sostenible.
La Ley de Restauración de la Naturaleza despierta interés y pasiones en un paso tan temprano por estar muy politizada.
Se interpreta ampliamente que el PPE que preside el alemán Manfred Weber carga así contra la agenda verde de la Comisión Europea para acercarse al espacio político de los partidos ultranacionalistas y granjearse apoyos rurales a un año de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024.
Es también un caballo de batalla para el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca), que en la víspera volvió a arremeter contra el proyecto de ley asegurando que "ningún agricultor, silvicultor o pescador en Europa está en contra de la restauración de la naturaleza" porque serán "los primeros afectados por la degradación de los hábitats naturales".
"Nuestras críticas se centran en una iniciativa mal diseñada, sin presupuesto", aseguró ese poderoso grupo de presión del sector agrícola.
El rechazo deja el proyecto tocado aunque no hundido, ya que, según el presidente de esta comisión, el liberal francés Pascal Canfin, el PPE había sustituido a varios integrantes de la comisión de Medioambiente por escaños fieles a la disciplina de partido.
En el pleno, sin embargo, espera que haya parlamentarios democristianos que voten según su conciencia.
"Weber ha logrado manipular la votación" pero "soy optimista para el pleno de julio: no podrá reemplazar a los miembros del PPE", dijo Canfin en Twitter.
La otra parte de la batalla política sobre la ley se desarrolla en el campo de los Estados miembros, aunque ahí la ley avanza sin sobresaltos.
Los países fijaron hace una semana su enfoque común de cara a la negociación con la Eurocámara, adoptada con el apoyo de Hungría, Chequia, Bulgaria, España, Eslovenia, Alemania, Francia, Portugal, Chipre, Rumanía, Malta, Grecia, Dinamarca o España, la oposición de Italia, Polonia, Italia, Suecia y Finlandia y con las dudas de Países Bajos o Bélgica.
El pacto fue posible gracias a que se introdujeron flexibilidades y aclaraciones para ofrecer garantías a zonas con alta densidad de población, regiones ultraperiféricas, áreas agrícolas o de defensa, zonas de reumidificación o energías renovables.