Alemania salva los 90 minutos 'más tensos' por un meteorito del tamaño de una pelota de playa
Los hechos tuvieron lugar el pasado 21 de enero en Berlín.
Aunque la inmensa mayoría de los habitantes del planeta no es consciente de ello, la realidad astronómica así como la formación de meteoritos, y su posterior impacto en la Tierra es una constante que se repite diariamente. Como es lógico, estos impactos no tienen prácticamente ninguna incidencia en nuestro día a día, ya que su caída en el planeta es totalmente imperceptible.
Según los cálculos elaborados por el sistema de defensa planetaria Scout de la NASA, hay alrededor de 50 toneladas de materia meteorítica que golpean nuestro planeta de forma diaria. Esto provoca que los más curiosos e interesados en este tipo de fenómenos traten de encontrar evidencias en forma de trozos o restos que dejara a su paso el meteorito.
En numerosas ocasiones estas caídas vienen acompañadas de grandes haces de luz, que durante unos brevísimos instantes deslumbran el cielo de allí por donde pasan. Una de estas historias se vivió en Berlín el pasado 21 de enero, cuando un meteorito cruzó el cielo berlinés y se rompió en mil pedazos, siendo todo un imán de curiosos e interesados en la materia, que se acercaron al lugar para intentar hacerse con uno de esos trozos.
A miles de kilómetros, en San Francisco, el astrónomo Peter Jenniskens junto a su equipo, estudió durante un tiempo considerable -gracias al sistema de vigilancia de asteroides Meerkat de la Agencia Espacial Europea- el lugar en el que podría precipitarse el objeto. "Pasé mi escala de nueve horas en Newark calculando fructíferamente dónde esperaba que hubieran caído los meteoritos", aseguró Jenniskens.
Para tener un mayor conocimiento de la situación, se trasladó a Alemania, donde, junto a a diversas organizaciones y aficionados pudieron montar un dispositivo en tiempo récord para estudiar cómo podría tener lugar el impacto del meteorito.
Tras varias jornadas inmersos en la búsqueda de los restos que dejó el objeto, y pese a las condiciones adversas fruto de las tormentas, el 1 de febrero consiguieron encontrar varias piezas de 2024 Bx1.
Según informó Robert Lunsford, director de bolas de fuego de la Sociedad Estadounidense de Meteoros y de la Organización Internacional de Meteoros, "este meteorito era del tamaño de una pelota de playa muy grande", y asegura que "cuando estamos en el espacio, algo tan pequeño es muy tenue y fue pura suerte que se encontrara antes de impactar la atmósfera".
La NASA, por su parte, localizó el objeto y notifico de su llegada unos 90 minutos antes de su impacto, aunque, según Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria de la NASA, le resta importancia. "Si el objetivo fuera lo suficientemente grande como para que se pudiera producir algún daño en la superficie de la Tierra, sería detectado mucho antes de unas pocas horas de distancia". Esta supone la octava vez que se detecta un pequeño meteoro mientras se encuentra en el espacio.