Pedro y Pablo, o gobiernan o están muertos

Están condenados a entenderse. La cuenta atrás acosa a los líderes del PSOE y Podemos a pesar de la desconfianza con que siguen observándose sus equipos. "Pedro ha salido muy contento, convencido de que Iglesias estaba mucho más receptivo, pero según nos iba contado la conversación y analizábamos el contenido se ha ido desinflando, sobre todo mientras escuchábamos la rueda de prensa y mantenía una actitud tan altiva como de costumbre. A partir de mañana habrá que ver si existe voluntad o es una operación para blanquear su imagen después de la tormenta interna", asegura uno de los hombres de confianza de Sánchez tras la reunión de ambos líderes. "Ahora mismo hay un porcentaje superior al 50% de que logremos un acuerdo con el PSOE", declaraba aparentemente convencido un dirigente de Podemos casi a la vez.

¿Qué ha sucedido para que parezca que existe una intención real de lograr un acuerdo? Las encuestas internas que con tanto tino elabora Carolina Bescansa muestran un escenario electoral en el que Podemos pierde fuerza. Además, se complica una segunda negociación con las confluencias, a quienes la crisis interna ha dejado impactadas. El núcleo duro es consciente de que Compromís "va por libre", de que Ada Colau "está montando un partido en el que espera que se integre Podemos y no al revés" y de que la Marea gallega tiene como prioridad "sus intereses locales", ya que en noviembre hay elecciones en Galicia, antes que los nacionales. Las condiciones no van a ser las mismas si en junio hay elecciones porque cada uno de los socios tiene claro que su objetivo es tener grupo propio en el Congreso de los Diputados.

Al actual equipo de Sánchez, por su parte, le quedan dos telediarios como no logre formar gobierno antes de mayo. Lo cual ya es un incentivo para entenderse.

"Ha cambiado la actitud, no sólo Íñigo Errejón está por la labor, pero él y Antonio Hernando pueden entenderse normalmente. Ahora también Pablo Iglesias ha confirmado que la postura tan positiva de Irene Montero en los encuentros de estos días era cierta: apoyan la negociación", desvelaba ayer una persona de confianza de Sánchez.

Desde que el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Juan Manuel Serrano, cogiera las riendas de los encuentros en la penumbra de estos últimos días, cierta euforia se ha instalado entre los socialistas más jóvenes. "Es algo más que una pose", decía mucho más optimista un socialista del núcleo duro del secretario general, convencido de que se ha producido un giro significativo.

"La estrategia anterior de bloquear el acuerdo con listas de ministros ha sido necesaria para poder sentarnos ahora a hablar seriamente", reconoce una fuente próxima a la cúpula podemita. Entre ayer y hoy se ha dibujado un nuevo tablero de juego en el que a los equipos negociadores oficiales se sumarán, fuera de foco, quienes han ido acercando posiciones en los últimos días.

Los mismos que cerraron el acuerdo con Ciudadanos volverán a sentarse a la mesa, como Pedro Sánchez ha asegurado ante los medios, a pesar del dolor de estómago que provocan en Podemos. Aunque a partir de ahora, el citado Hernando, que se entiende con Errejón; y Juanma Serrano, que ya ha demostrado tener feeling con Irene Montero, tendrán más protagonismo. En el ámbito económico, el equipo de Podemos -Nacho Álvarez y Alberto Montero- estarían encantados de poder consensuar con Manolo de la Rocha, con el que ya han mantenido conversaciones informales; pero la chicha la tendrán que pelear con Jordi Sevilla.

Con todo, el capítulo económico va a ser el más duro. Los economistas de Pablo Iglesias exigen aumentar el gasto en 96.000 millones durante los próximos cuatro años y retocar -muchísimo- el régimen especial de la Seguridad Social. Asuntos que ponen los pelos de punta en el PSOE.

Puede que el referéndum de Cataluña, como insisten en Podemos, no vaya a ser un problema, aunque Ciudadanos es lo primero que sacará a relucir, pero gastar 24.000 millones este año cuando Bruselas exige un ahorro de 14.000 millones es algo por lo que el PSOE no pasará. O si. Según se consuman las horas, habrá que ir relajando posturas. La otra opción es ir haciendo las maletas.