#A mí no me ha llamado Mariano
Es normal que Rajoy esté sobreexcitado: va a traicionar una de sus promesas, no hacer una crisis de gobierno en toda la legislatura. Por eso ha cargado hoy con vehemencia contra Pedro Sánchez en el hemiciclo resucitando oficialmente la estrategia de la crispación que Aznar puso en práctica cuando era oposición.
Este es el hashtag del día entre los populares. "A mí no me ha llamado Mariano", repetían irónicamente sus señorías sin necesidad de preguntarles. Una guasa que contrasta con el tono crispado del presidente. Normal que Rajoy esté sobreexcitado: va a traicionar una de sus promesas, no hacer una crisis de gobierno en toda la legislatura. Por eso ha cargado hoy con vehemencia contra Pedro Sánchez en el hemiciclo resucitando oficialmente la estrategia de la crispación que Aznar puso en práctica cuando era oposición. Escuchando los chistes varios de los diputados del PP en los pasillos, parece que el líder del PSOE tenía razón, ni siquiera los suyos tienen interés en el baile de caras y de cargos anunciado. Ese es solo el maquillaje. El verdadero cambio es la crispación. Justo la estrategia que ha llevado a Esperanza Aguirre a perder el Ayuntamiento de Madrid, el trampolín que le permitiría cumplir su gran sueño, disputar a Rajoy la presidencia del PP. "Están cabreados como monas porque han perdido, no le des más vueltas", apunta un diputado de Esquerra en retirada. "Antes de que salga la basura que han dejado debajo de las alfombras en ayuntamientos y comunidades, necesitan enfangar el ambiente", apostilla un dirigente socialista.
Centrarse en resucitar al Aznar -que ha pasado a la historia como un energúmeno- o en seguir los pasos de la lideresa demuestra que siguen sin escuchar a la ciudadanía, harta del y tú más. Tampoco se fijan en los nuevos partidos y en las plataformas que gobiernan ya en las principales ciudades españolas, que evitan la descalificación para marcar distancias con los partidos de siempre. El mantra de PSOE radical y partidos extremistas además deja a Ciudadanos en una complicada situación. Con frases como que Sánchez "se salta la voluntad democrática", ¿cómo podrá Albert Rivera apoyar sin ser canibalizado por un partido que no es capaz de encajar la democrática voluntad de los votantes, cuando su principal discurso pasa por eliminar la "política de bandos", como repite insistentemente el líder catalán?.
El factor humano es otro de los argumentos que hay tener en cuenta. No es solo perder el poder, es perder el trabajo en un momento en el que el paro y las exigencias de ejemplaridad y regeneración dificultan a los numerosos políticos y altos cargos que se quedarán sin sueldo ser acogidos en una gran empresa, como hasta ahora. La pregunta que los periodistas hacían hoy a los ministros en el Congreso llevaba implícito ese momento. "¿Seguirá está noche en su despacho?". Pocos estaban dispuestos a contestar, aunque la tranquilidad era la nota dominante. "O seguirá también al año que viene", ha respondido Celia Villalobos, que iba custodiando a Fátima Bañez, como si ella no pudiera apañárselas sola. "Solo hablo de trenes. Los aviones los tengo pacíficos y las carreteras en buen estado", nos decía Ana Pastor, después de confirmar que seguirá trabajando como hasta ahora. Con sonrisa de oreja a oreja, Montoro bromeaba sobre los rumores erráticos: "Me han llegado a decir que me voy a un puesto en el extranjero, a ver si me dicen dónde para saber qué meter en las maletas".
El ministro de Hacienda no pretendía meter el dedo en la llaga de la presidencia del Eurogrupo, que se le está resistiendo a Luis de Guindos. "¿Qué interés puede tener Merkel en Guindos después de los resultados de las municipales que ya apuntan a que el PP puede perder el poder? Ninguno", explica un económico socialista sobre la posibilidad de que se frustre la operación acariciada por el ministro de Economía. Mucho más seguros de sí mismos, Alfonso Alonso y José Manuel Soria, que jugaban hoy el papel de emergentes, con Soria bañado en perfume y tratando de apartar a los periodistas con el intenso aroma que despedía, . Un caramelo envenenado para afrontar días difíciles. A ellos, #MarianoSiLesHaLlamado.