Mujeres que leen: el embarazo, tiempo de lecturas
El embarazo es tiempo de lecturas, de reflexión, un tiempo en el que la actividad se enlentece y nos volvemos más reflexivas. Recuerdo leer con especial ferocidad durante los embarazos de mis hijos. Tardes enteras buceando en historias en las que solo alzaba la vista para esbozar una sonrisa al sentir el movimiento del niño.
Foto: ISTOCK
"La mujeres que leen son poderosas". Un frase de Rosa Montero con la que coincido plenamente. Hace unos años salió un libro llamado Las mujeres que leen son peligrosas. Un libro cargado de sensatez y sabiduría que explica a través de la historia cómo cambió el destino de la mujer gracias a la lectura y a la escritura. Pensando en ese libro, me vino a la cabeza la imagen de las gestantes ingresadas. El libro sobre la mesita, el libro en sus manos, el libro junto a la almohada. Estampas de esa espera mágica y especial. Muchas mujeres refieren que la lectura entró en sus vidas de la mano de la maternidad.
El embarazo es tiempo de lecturas, de reflexión, un tiempo en el que la actividad se enlentece y nos volvemos más reflexivas. Recuerdo leer con especial ferocidad durante los embarazos de mis hijos. Tardes enteras buceando en historias en las que solo alzaba la vista para esbozar una sonrisa al sentir el movimiento del niño.
Según las estadísticas, el 80% de los lectores son mujeres. Y aquí están todas, niñas, jóvenes, maduras, ancianas y sobre todo, madres. En estas apabullantes cifras, no solo hay mujeres que leen historias para sí mismas, sino para otros. Madres que por las noches, junto a la cama de sus hijos, abren un cuento y comienzan a ser la princesa valiente, el guerrero tierno, el lobo bueno, el dragón tímido y así cientos de personajes inolvidables. Porque gracias a nuestra madres, y padres, entramos en ese mapa de realidad y fantasía que siempre habitamos, el país de nunca jamás.
Sin embargo, a lo largo de los siglos hemos tenido que escuchar cantidad de animaladas referidas a esta divina afición. En el siglo XIX, E. Clark, profesor de Harvard, divulgó la idea de que la educación superior debía estar prohibida para las damas para mantener la supervivencia de la especie humana: "No te cases con una mujer que lee, porque se queda estéril". Increíble y, sobre todo, triste.
Por suerte para todos, los tiempos cambian y no creo que nadie piense que las mujeres que leen son peligrosas. Muchas de nuestras grandes autoras se iniciaron en el fascinante mundo de los libros con el sonido de la voz de su madre contándole un cuento. Un recuerdo emotivo, bello y práctico. ¡La lectura nos salva de tantas cosas!
Aquí os dejo testimonios de escritoras hablando sobre esa idea. Buena lectura.