La moda del emprendedor
Si conversamos con ellos, les visitamos en sus "garajes" y tratamos de ponernos en su lugar, probablemente construiremos políticas más sólidas en el medio y largo plazo para que estos emprendedores ayuden a generar empleo y riqueza en nuestro país y nuestras comunidades.
La capacidad de un país para salir de una crisis depende de la capacidad de sus empresas y sus ciudadanos para adaptarse al nuevo entorno. Esta adaptación viene dada por negocios existentes que son capaces de redimensionarse, pero también de los ciudadanos que abandonan industrias poco rentables para irse a otras con más futuro.
En este contexto, los emprendedores juegan un papel fundamental, dado que son ellos los que abandonan sectores más tradicionales para abrir un nuevo camino en industrias que son capaces de crear crecimiento y empleo.
Parece que por fin en muchas comunidades se empieza ahora a entender la importancia de respetar a los empresarios y a los emprendedores. Y refiero a "empresarios" y "emprendedores" porque me resulta sorprendente el nuevo eufemismo que se les ha dado a los empresarios, dada la negativa connotación que para algunos esta palabra tiene. Dejando aparte la discusión de cómo debemos llamarles, creo que este reciente reconocimiento a los emprendedores resulta muy positivo para la sociedad.
No es raro que todos los políticos hablemos ahora de estos temas. Ante la promesa de la creación de empleo y de riqueza, nadie quiere quedarse fuera. Ahora bien, hay que valorar que no todo es tan sencillo como parece.
Si observamos la eficacia de la mayoría de proyectos de apoyo a los emprendedores por parte de los gobiernos, vemos cómo los resultados no han sido tan positivos como esperábamos. Son muchos los que pensaron que poniendo varios millones encima de la mesa todo iría bien. Pero no parece que haya ocurrido así. Entonces, ¿qué ha fallado?
Creo, sinceramente, que lo que ha fracasado es que no hemos sido lo suficientemente humildes para darnos cuenta de que las políticas de apoyo a emprendedores, además de estar inspiradas en nuestras ideas y análisis, deberían estar apoyadas en las propuestas que desarrollan los propios emprendedores, ávidos de buscar soluciones. Estos profesionales son los que realmente van a intentar salvar los problemas que se encuentran en el día a día, en la puesta en marcha y ejecución de una empresa. Por ello, si conversamos con ellos, les visitamos en sus "garajes" y tratamos de ponernos en su lugar, probablemente construiremos políticas más sólidas en el medio y largo plazo para que estos emprendedores ayuden a generar empleo y riqueza en nuestro país y nuestras comunidades.
Este mensaje y este análisis no viene sino de diversos emprendedores de nuestro país, de diferentes comunidades, que me han recordado que para entenderles mejor tenemos que dejar que nos cuenten qué es lo que necesitan.
Tanto es así que con el apoyo de muchos emprendedores hemos propuesto al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que dejase de canalizar la gran parte de las ayudas a financiar infraestructuras, y pasase a financiar PYMES. La razón es sencilla. Tenemos que empezar a lanzar políticas que permitan financiarse a los emprendedores, empresarios o como les quieran llamar. Y tenemos que permitir que sectores con más potencial de crecimiento, como el de internet, pase a tener más importancia que el sector de la construcción, con un potencial de crecimiento menor.
Pero lo más importante de esta propuesta, y de lo que más orgullosos estamos, es que ha surgido de la iniciativa de varios emprendedores y de otras instituciones con las que me he reunido, para concluir que el BEI podría ser capaz de conseguir que el crédito fluya hacia las PYMES de forma rápida y eficaz. Esta forma de trabajar, con una alta participación de los implicados, es la mejor opción que tenemos de apoyar a los que nos pueden sacar de esta situación. Estoy convencido de que el camino de la colaboración y la escucha activa será una vía importante para posibilitar que los países creen empleo y riqueza a través de sus emprendedores.