Cultura gay en Madrid
Las fiestas del Orgullo Gay dejan muchos millones y ofrecen la imagen de una ciudad abierta. Pero eso no les gusta a los políticos locales ultra conservadores, más bien les disgusta y mucho. Prefieren vernos más pobres, pero más heterosexuales y más aburridos.
Una buena amiga nos regaló una botella de cava el día de nuestra boda. Lo hizo porque no pensábamos organizarla de manera tradicional, pero ella quería estar y que hubiera celebración. Quería convertir nuestra boda en una fiesta, porque sabía lo importante que era para nosotros. Pero la fiesta quizás esté a punto de acabarse. El recurso del PP en el Constitucional, sobre las bodas entre personas del mismo sexo, pende como una cuchilla levantada sobre nuestro Libro de Familia y pasan los años aguardando un veredicto que no llega... Aquella botella que nos regaló nuestra amiga reposa sobre una estantería de nuestra cocina. Tiene la base redondeada, así es que está tumbada y siempre pienso que la frágil presencia de esta botella es una metáfora de la inestable estabilidad de nuestro matrimonio.
JUAN HIDALGO
Aquí seguimos quince años después, pero casados sólo hace siete, desde que ese presidente llamado José Luis Rodríguez Zapatero, el hombre que más hizo avanzar los derechos de muchos españoles durante sus dos mandatos, logró que el Congreso aprobara las uniones entre personas del mismo sexo con aquella frase magistral sobre la decencia con la que justificaba el cambio "porque una sociedad más decente es aquella que no humilla a sus miembros". Nosotros efectivamente nos sentíamos hasta entonces humillados y marginados, independientemente de nuestro estatus económico. Éramos personas que no podíamos casarnos, algo que la ley sólo prohíbe a algunos discapacitados psíquicos o a los animales. Porque para algunos éramos como animales, ya que como dijo en 2005 un juez vinculado al PP "legalizar las bodas gays sería como legalizar las bodas entre hombres y animales" o aquella otra intervención de Víctor García de la Concha, del actual director del Instituto Cervantes (en aquel momento dirigía la RAE) defendiendo que no podían admitir en el DRAE el término matrimonio como la unión entre hombres o entre mujeres porque era algo socialmente no asumido y podía darse una involución en cualquier momento... por cierto ahora, sólo siete años después, y con el recurso aún pendiente de resolverse, parece que alguien ha pensado lo contrario y se han decidido a dar el visto bueno a las uniones homosexuales dentro del concepto matrimonio... son frases para la historia, para la suya y para la nuestra. Frases que les retratan como personas hostiles a los derechos del colectivo LGTB, que no son sino derechos humanos, a secas y sin más calificativos.
TOM OF FINLAND
Los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales tenemos Orgullo, nuestro trabajo nos ha costado, a menudo hemos pagado con nuestra vida para poder sentirlo... Por eso estamos orgullosos de haber convertido las fiestas del Orgullo Gay, junto al Festival Visible, en la mayor fiesta popular que se celebra en Madrid. Pero esto es difícil de digerir para la ultra derecha, para las fuerzas de la reacción que viven en el pasado. Acusan a estas fiestas de ensuciar la ciudad y de provocar mucho ruido. Y yo me pregunto donde se meten estos políticos todos los fines de semana de botellón, durante doce meses al año, los mismos que llevo tragándome continuamente ruido y suciedad, desde que vivo en el centro de Madrid. Hace años estuve en los Sanfermines y aquello consiste básicamente en montañas de basura por las calle, gente durmiendo por todos lados, mucho alcohol y mucha fiesta... pero nadie se quejaba. Esas fiestas han puesto a Pamplona en el mapa y dejan muchos millones en la ciudad. ¿Cuál es la diferencia con Madrid? Ninguna. Las fiestas del Orgullo Gay convocan a cientos de miles de personas, dejan muchos millones en la ciudad y ofrecen la imagen de una ciudad abierta, hospitalaria y respetuosa con las diferencias. Pero eso no les gusta a los políticos locales ultra conservadores, más bien les disgusta y mucho. Prefieren vernos más pobres, pero más heterosexuales y más aburridos.
PABLO PÉREZ MÍNGUEZ
El bienestar de los madrileños no es lo más importante para ellos. Para ellos lo más importante es nuestra alma. Por eso quieren subrepticiamente acabar con las fiestas del Orgullo y de paso acabar con nuestro orgullo. Pero no pueden decirlo abiertamente. Nadie dice abiertamente nada en esta época de cinismo y medias verdades que nos ha tocado vivir. Nadie o casi nadie se atreve a decir lo desagradable que le resulta ver a cientos de miles de personas -gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y muchos heterosexuales- manifestándose por los derechos del colectivo LGTB. Manifestándose por la libertad. Porque en eso se han convertido las fiestas del Orgullo Gay en Madrid, en unas fiestas de la libertad, sin más. Pero ellos no lo ven así, sólo ven miles de maricas y tortilleras pasándoselo en grande junto a sus amigos y amigas heteros y no pueden soportarlo. Telemadrid, esa televisión que a estas alturas ya no ve casi nadie, en lugar de decir la mentira de que las fiestas del Orgullo son minoritarias debería transmitir en directo esta fiesta.
ANTONIO DE FELIPE
El Ayuntamiento debería subvencionar las actuaciones y en lugar de prohibir la música con la excusa de la ley -los ancianos de la residencia cercana a la plaza de Chueca han dicho que no los utilicen a ellos como coartada para prohibir la fiesta en el barrio- debería alentar este acontecimiento mundial que son las Fiestas del Orgullo Gay de Madrid, a las que se suma el festival cultural Visible, que incluye el único Certamen de teatro LGTB que se organiza en el mundo, con el nombre de Leopoldo Alas Mínguez (LAM) y patrocinado por la tantas veces criticada Fundación Autor/SGAE. Pero inexplicablemente todo eso está lejos de suceder y nadie explica el porqué de esta hostilidad hacia un colectivo que sólo quiere ser visible y que organiza unas fiestas que han sobrepasado en número de asistentes a las fiestas patronales de la ciudad, pese a recibir escasas ayudas y tener que enfrentar tantos obstáculos.
Otro "problema" para el Ayuntamiento de Madrid está en ciernes. Nuestra asociación ha creado en los últimos años una colección de arte (Colección Visible) que reúne alrededor de mil obras de arte, realizadas y donadas por cuatrocientos artistas de treinta países y le hemos ofrecido al Ayuntamiento la posibilidad de crear con ellas un Museo de Arte Gay en Madrid, que estoy seguro atraería como un imán turismo de todo el mundo -sería el segundo del mundo tras la Fundación Leslie & Lohman, en Nueva York- y sin duda aportaría riqueza económica y cultural a la ciudad, incluye obras de artistas como David Hockney, Gilbert & George, Tom of Finland, Yoko Ono o Wilhelm von Gloeden o de españoles como Juan Hidalgo, Ocaña, Nazario, David Trullo o Pablo Palazuelo. Hemos mantenido una primera reunión hace ya tiempo y estamos a la espera de que nos convoquen a una segunda.
CARTEL ARTE GAY BUSCA CASA
Queremos donar la colección a la ciudad, con la condición básica de que se cree este museo. Pero parece que incluso así será difícil convencerles de lo positivo que sería crear un centro de estas características en la capital del Reino. Y es que corren malos tiempos incluso para iniciativas novedosas y que aportarían riqueza como sin duda sería este proyecto, que pese a todo lucha por hacerse realidad y que quiere darse a conocer con el apoyo de un documental titulado Arte gay busca casa, que acaba de dirigir Ione Hernández. Un filme que cuenta la historia de la colección y la búsqueda, por ahora infructuosa, de un espacio desde donde reivindicar cultura, derechos y visibilidad para un colectivo con una larga y tantas veces escondida historia. Por mucho que se nos acuse de ruidosos o de alterar el orden y la tranquilidad de una ciudad que con los recortes de horario en el metro y de días en la recogida de basuras sin duda será más intransitable y más sucia... pero esa es otra historia.