Verano de xenofobia
"En momentos de dolor e incertidumbre, la proliferación de mentiras y bulos solo sirven para aumentar el sufrimiento de las víctimas y alimentar el odio irracional hacia colectivos vulnerables".
Este verano lamentablemente somos testigos de un preocupante incremento del discurso de odio en las redes sociales, especialmente dirigido contra las personas migrantes. Desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a través del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), se han detectado y documentado casi 200 casos de discurso de odio en lo que llevamos de mes de agosto. Esta alarmante cifra refleja un clima de creciente intolerancia que no podemos ignorar como sociedad.
Los mensajes de odio que circulan en redes están cargados de estereotipos dañinos e información falsa, como los que se han difundido tras el trágico asesinato de un niño de 11 años en Mocejón (Toledo). En momentos de dolor e incertidumbre, la proliferación de mentiras y bulos solo sirven para aumentar el sufrimiento de las víctimas y alimentar el odio irracional hacia colectivos vulnerables. Desarmar estos discursos populistas y falaces resulta clave para afrontar la situación y debería ser un compromiso colectivo que quedase al margen de toda cuestión.
Los acontecimientos de esta semana ratifican los hallazgos recogidos en el último informe del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) aprobado en julio. El informe es contundente y alerta del incremento del discurso de odio en redes sociales, con ataques que señalan y deshumanizan especialmente a los menores no acompañados. Revela que la inseguridad ciudadana, real o supuesta, constituye el desencadenante más frecuente del discurso de odio, vinculándola de manera habitual a la población inmigrante de manera gratuita, ya que los datos oficiales no avalan la relación entre inseguridad y migración. Pero, además, la expresión de discurso de odio que más se asocia a la inseguridad ciudadana es el discurso agresivo explícito, muchos de ellos llamando a la violencia, incluso física. A todas luces, discursos peligrosos y violentos, que no admiten justificación.
Lo grave es que estos discursos no son solo una cuestión espontánea de ciudadanos racistas o xenófobos, sino que son utilizados por ciertos grupos para arrastrar a los ciudadanos a una mayor fragmentación y conflicto social sobre la base del temor y el resentimiento.
La tarea de desmontar bulos sobre la migración no es fácil cuando el principal partido de la oposición en materia migratoria no tiene a nadie al volante y se dedica a amplificar la desinformación y el odio con declaraciones cargadas de prejuicios y estereotipos. Mientras Xavier García Albiol nos muestra las recetas más ultras del Partido Popular, Borja Sémper, portavoz del partido, aboga por una España "solidaria, talentosa y eficaz” como el Real Madrid. Curioso símil cuando los recientes éxitos deportivos de nuestro país, como la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, han puesto de manifiesto la fortaleza de reunir talento diverso y hacerlo trabajar como una maquinaria bien engrasada, ilustrando una vez más que el talento no entiende de color de piel, de origen, ni de clase social. Que el talento es simple y llanamente valor. Y una sociedad debe procurarse todo el talento posible.
En el fútbol esto se sabe bien; el fútbol es un gran ejemplo de que el talento no sabe de colores. Lo que importa es que sepas jugar, que lo hagas bien, que el equipo funcione. Lo que en el futbol es algo evidente, debería serlo también en todos los ámbitos de la sociedad. Y trasladando estos valores del fútbol, el señor Sémper debería saber que una postura verdaderamente solidaria hubiera sido, por ejemplo, apoyar la reforma del artículo 35 de la ley de extranjería que permitiría que los 6.000 menores no acompañados en Canarias fueran acogidos por distintas autonomías, distribuyendo así la responsabilidad de manera equitativa y humanitaria.
Recordarán que el verano pasado el PP hacía un llamamiento a un verano azul, con una puesta en escena surrealista con sombrillas sobre la arena de una playa fake de Madrid. Parece que, en esta ocasión, el principal partido de la oposición busca de manera totalmente irresponsable sumergirse en un verano xenófobo, colaborando en la propagación de bulos y de desinformación contra una población vulnerable.
El Partido Popular está cómodo en las fake, y ya no me refiero solo a las playas. Está cómodo azuzando una ristra de bulos y mentiras sobre los migrantes que poco ayudan a poner fin a los discursos xenófobos y racistas, sino que arrastran a los ciudadanos hacia el odio. Una vez más las derechas españolas lo que demuestran es que les interesa una sociedad fragmentada, con temor y resentimiento. En ello derrochan sus esfuerzos ante su falta de proyecto de país.
Por eso es hora de decir alto y claro y sin matices: no al racismo, la xenofobia y la intolerancia de cualquier clase. No al odio.
Estos mensajes, tan sencillos como poderosos, resulta imposible no hacerlos propios al pararse uno a escuchar de primera mano a quienes han llegado a nuestras playas - playas que no son fake, y las que seguirán llegando porque España está donde está y continuará estando en el mismo lugar- huyendo y jugándose la vida en el mar, y que han encontrado un refugio en España. Historias cargadas de tanta adversidad como esperanza que tenemos muy presentes en el ministerio y que les invito a todos a escuchar. Historias que son el mejor antídoto frente a cualquier recelo contra la migración. Sería deseable que el principal partido de la oposición escuchase más a quienes vienen a España en busca de una vida digna y no tanto a sus socios de Vox para recordar que la migración siempre ha sido, -y en nuestras manos está que lo siga siendo- una inagotable fuente de riqueza, no solo económica, como lo fue para aquellos jóvenes que tuvieron que salir de España en décadas pasadas y aún no han podido volver. Es importante no caer en la desmemoria y no olvidar que España tradicionalmente ha sido un país de emigrantes.
La palabra de los responsables políticos tiene un altavoz tan grande que debemos cuidar qué decimos, cómo lo decimos y dónde lo decimos. Esta no es una cuestión baladí y más si cabe cuando es un discurso plagado de desinformación y prejuicios. Las consecuencias las hemos podido ver recientemente en Reino Unido, donde los bulos sobre la inmigración que se han orquestado a través de las redes sociales han provocado disturbios y tensión en las calles.
Es fundamental recordar que la política migratoria del Gobierno de España está firmemente arraigada en el principio de igualdad de trato y no discriminación, así como en el respeto a la dignidad de las personas y la protección de sus derechos.
Con bulos y desinformación no se enfrenta el desafío migratorio, ni ningún otro desafío de nuestra sociedad. No podemos tolerar que la mentira gane a la prudencia, a la sensatez y a la cordura. Y ni mucho menos que el racismo y la xenofobia se impongan al respeto y la humanidad.
Elma Saiz es ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.