Un contexto desafiante para la nueva Comisión Europea
Europa está llamada a asumir un papel decisivo en este mundo hostil: contribuir a la paz, reforzar la seguridad y enfrentar los retos de un mundo frágil y cambiante.
Estas dos últimas semanas, se han cumplido mil días del inicio de la guerra en Ucrania y mas de cuatrocientos días desde el estallido de la crisis en Gaza e Israel. Estos dos dramas se suman a los más de cincuenta conflictos activos en todo el mundo, el mayor número desde la Segunda Guerra Mundial, con más de 90 países desplegando ejércitos fuera de sus fronteras. Este panorama de inestabilidad marca el contexto en el que deberá actuar la nueva Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, cuya formación fue aprobada recientemente con 370 votos a favor, 282 en contra y 36 abstenciones en el Parlamento Europeo.
Europa está llamada a asumir un papel decisivo en este mundo hostil: contribuir a la paz, reforzar la seguridad y enfrentar los retos de un mundo frágil y cambiante. Además, la llegada del nuevo inquilino en la Casa Blanca tiene visos de alterar las dinámicas globales, exigiendo a Europa respuestas rápidas y coordinadas.
Los valores fundamentales de la Unión —multilateralismo, desarrollo sostenible, seguridad y derechos humanos— deben seguir siendo el eje de su acción exterior. Sin embargo, la clave estará en transformar estos ideales en políticas concretas que fortalezcan la soberanía económica, la seguridad colectiva y el modelo social europeo frente a desafíos globales y domésticos.
Retos del Colegio de Comisarios: Construir una Unión Europea más fuerte
La prosperidad de Europa, como señalan los informes Draghi y Letta, dependerá de su capacidad para innovar, competir y liderar en el ámbito global. Por ello, la primera gran iniciativa del nuevo Colegio será la implementación de una "brújula de competitividad", anunciada por Ursula von der Leyen. Este ambicioso plan se articula en tres pilares estratégicos: cerrar la brecha de innovación, impulsar la descarbonización y reforzar la seguridad económica.
Cerrar la brecha de innovación
Europa se destaca en la generación de patentes y en la creación de startups, pero enfrenta dificultades para transformar estas iniciativas en empresas que puedan escalar. Las trabas nacionales dificultan el crecimiento, dejando a Europa detrás de contrincantes como Estados Unidos. La Comisión debe priorizar la inversión en investigación e innovación, ubicando la ciencia y la tecnología en el epicentro de su estrategia económica. Europa debe convertirse en un líder global en el desarrollo de tecnologías digitales de vanguardia.
Descarbonización y competitividad
El Pacto Verde Europeo va a continuar siendo la hoja de ruta hacia una economía sostenible y de cero emisiones netas y para reforzar este compromiso, va a implementar un Pacto Industrial Limpio. Este pacto se centrará en fortalecer a las pymes, la industria y la fuerza laboral europeas, equilibrando la ambición ambiental con el pragmatismo económico. La figura de Teresa Ribera será clave en este ámbito, siendo un éxito de país su nombramiento como Vicepresidenta primera de la Comisión.
Reforzar la seguridad económica
Las recientes crisis globales han evidenciado las vulnerabilidades de Europa, especialmente su dependencia de proveedores externos. La Comisión impulsará la diversificación de cadenas de suministro y garantizará el acceso seguro a materias primas críticas, cuya demanda podría triplicarse en los próximos años. El comercio libre y justo será fundamental para mantener la soberanía económica y la estabilidad.
A pesar de estos desafíos, el comportamiento reciente del Partido Popular, liderado por el señor Feijóo, ha evidenciado una preocupante falta de compromiso con los retos comunes de Europa. Según el medio Politico, cabecera de referencia en Bruselas, algunas intervenciones de los eurodiputados populares en el Parlamento Europeo han sido calificadas como un “espectáculo de trolls”. A un historial marcado por intentos de boicot a avances clave, como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia —que ha sido fundamental para el reciente éxito económico de nuestro país— o la "Solución Ibérica", que permitió a España y Portugal registrar los precios energéticos más bajos de la Unión, se suma ahora la tentativa de romper el histórico cordón sanitario de la CDU alemana hacia la extrema derecha. Este movimiento busca promover un eje Weber-Meloni y priorizar alianzas regresivas que traicionan los valores fundacionales de la Unión Europea.
Estas alianzas no solo plasman un retroceso ideológico, sino que también suponen una amenaza al legado de consenso y cooperación que socialdemócratas, liberales y democristianos construyeron conjuntamente.
Frente a estos intentos de retroceso, es fundamental reivindicar el legado integrador de Europa, basado en los derechos humanos, el pluralismo y el bien común. En un momento crítico como el actual, Europa debe fortalecerse como una Unión más resiliente y preparada, capaz de liderar en innovación, transición verde y seguridad económica. Este es el momento de reafirmar el liderazgo global de la Unión Europea y demostrar que puede seguir siendo el lugar en en el mundo que mejor combina la defensa de los derechos humanos, el bienestar económico y la cohesión social.
Vicente Montávez Aguillaume
Diputado al Congreso por Madrid
Portavoz del Grupo Socialista en la Comisión Mixta de la UE