'Tiresias', o esto no es una tragedia griega

'Tiresias', o esto no es una tragedia griega

Producción que tiene la virtud de usar el marco que ofrece el impresionante Teatro de Mérida como escenografía principal.

Ana Fernández en TiresiasJero Morales (Festival de Mérida)

Después de la resaca de Medusa con Victoria Abril llega al Festival de Mérida Tiresias con Anabel Alonso. Un espectáculo escrito al alimón por Joan Espasa, José Manuel Mora y Carlota Ferrer, quien también lo pone en escena. Nombres para que la prensa cultural y teatral, y un público que busca en el teatro arte antes que solo espectáculo, se movilicen hasta Mérida.

Una obra en la que las tragedias griegas se miran desde el punto de vista de uno de sus personajes secundarios. El vidente y augur Tiresias que pasa a ser protagonista y comentarista. Y en la que, aun manteniendo las formas y maneras que Anabel Alonso debe a su público, y teniendo en cuenta el carácter popular del festival y de un gran aforo que hay que llenar, José Manuel Mora y Carlota Ferrer han conseguido no perder su esencia y hacer un carlota. Es decir, mantener su poética escénica, tan asunto de debate entre los profesionales y la crítica en los últimos tiempos.

De tal manera que si el equipo Carlota-Mora fueron capaces de crear Esto no es La casa de Bernarda Alba, se podría decir que con Tiresias han creado la obra Esto no es una tragedia griega. En la que cuentan que la verdad, la sabiduría y el conocimiento se topa con los oídos sordos de quien ostenta el poder cuando no con su desprecio y hasta su castigo.

En este caso, desprecio y desconfianza aumentados aún más por la fuente de la que procede esa sabiduría y videncia. Tiresias: un hombre ciego, capaz de hablar con los pájaros, que durante un tiempo fue mujer. Tiempo en femenino del que, por un lado, le quedaron tetas y, por otro, una hija. Al igual que su encuentro con los dioses le dejo ciego, para que no pudiera ver la estupidez humana, y, a cambio, le dieron longevidad para compensar. Por tanto, un ser humano muy diverso y tan fuera de norma, cuya sola presencia pone en cuestión lo que le rodea y a quienes le rodean.

Carlota Ferrer en TiresiasJero Morales (Festival de Mérida)

Y ¿quiénes son los que le rodean y le piden vaticinios? Por un lado, los dioses que le dejaron ciego y le hicieron mujer temporalmente, además de alargarle la vida. Nada más ni menos que Atenea, Hera y Zeus. Por otro, los tebanos y la familia real que los administra. Una familia de royals que encadenan annus horribilis generación tras generación, reinado tras reinado.

Historia que se construye en escena a base de imágenes, buscadas y encontradas siempre en el arte. Da igual si es clásico o contemporáneo. Y una banda sonora que mezcla el pop, los riffs de guitarra, la música contemporánea y la ópera. De ahí que en el elenco haya alguien tan multifacético y competente como el actor Carlos Beluga. O como la actriz-soprano Paula Mendoza, que muestra que es una buena apuesta para aquellas óperas en los que las direcciones de escena necesiten cantantes que sepan actuar y bailar. O como Alberto Velasco que, parafraseando su último espectáculo unipersonal, mueve montañas con cada papel que representa en esta obra. Y que sería capaz de hacer una estupenda pareja cómica con Anabel Alonso. A los que se podría unir Ana Fernández, que en esta obra muestra una vez más su calidad trágica y demuestra su desconocida vis cómica.

Y, por supuesto, no sería un carlota sino hubiese coreografías contemporáneas y un siempre interesante trabajo de movimiento corporal con los que consigue que los actores se muestren como competentes bailarines, aunque no lo sean. Coreografías que puede que alguna que otra vez resulten largas y pudiesen acotarse, si no fuera porque su duración se aprovecha para cambios de vestuario o escénicos.

Un vestuario que no siempre funciona o resulta adecuado. Como el verde flúor con el que visten los dioses. O como cuando Alfredo Noval, haciendo de Edipo, tiene que moverse en el escenario con un traje de larga cola, con la que tropieza o se topa con frecuencia en sus movimientos, añadiendo dificultad a su interpretación.

Un vestuario que también ha realizado Carlota Ferrer para esta producción. Quien además de haber participado en el texto y dirigir la obra, baila y actúa. Funciones que posiblemente asume porque es productora a través de Drafft.inn, la compañía teatral que tiene con José Manuel Mora, y el asunto de ahorrar costes sea algo importante a tener en cuenta en una gran producción como esta.

Edipo le pide a Tiresias que hable en TiresiasJero Morales (Festival de Mérida)

Producción que tiene la virtud de usar el marco que ofrece el impresionante Teatro de Mérida como escenografía principal. Una gran diferencia con otras muchas de las producciones que pasan por el mismo, cuyas puestas en escena miran más a la gira que a aprovechar el espacio en el que se representan. Y el espacio es la razón que justifica que se hagan las obras en este lugar y no en otro. Y, también, una de las razones para ver Tiresias y comprobar lo bien que funcionan entradas y salidas en un escenario como este, haciéndola adecuada para todos esos escenarios escénicos que en España y otros países se usan en verano, como el Grec de Barcelona. Sin dejar de verle posibilidades para teatros más convencionales.

Un espacio histórico intervenido por un interesante trabajo de iluminación y poca utilería o tramoya si no fuera por un impresionante Toro de Osborne. Uno de los elementos más inquietantes de la función. De los que generan dudas o preguntas en un público que identifica a ese toro con España y la tragedia o tragedias españolas, con su vertiente de tragedia griega o a la griega clásica.

Y, al final, ¿qué queda? Queda un bello fresco de la estupidez humana y divina. Una estupidez humana que en un primer momento hace gracia, divierte, pero a medida que persiste hace que las cosas se vayan poniendo trágicas. Una estupidez que ante un futuro incierto que pide cambios en el comportamiento y las conductas, hace que las personas, sobre todo poderosas, se mantengan en mantenella y no enmendalla.

Anabel Alonso como TiresiasJero Morales (Festival de Mérida)

Algo que no hace este espectáculo. Seguramente por eso el público, que posiblemente conoce y haya visto más veces las tragedias de las que se muestran, se arranca a aplaudir en varios momentos. Al estilo de lo que se hace en las óperas con las arias bien cantadas. Y cuando acaba se levanta sin pensárselo un momento para aplaudir largo y tendido. Y luego salir hablando de lo que han visto, pensando en lo que les han propuesto. Sabiendo que la verdad no es complaciente sino bella y que la estupidez es una tragedia.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.