Reivindicación de Holanda

Reivindicación de Holanda

Los seres humanos tenemos un número limitado de cambios que podemos hacer a lo largo de la vida, y yo tengo la sensación de que ya los he alcanzado.

Un día soleado en Ámsterdam.Getty Images

Moriré llamando "Holanda" a Países Bajos. Cuando llegó el momento no tuve ningún problema en dejar de decir "Mao Tse-Tung" y empezar a decir "Mao Zedong". Nací en la provincia de Oviedo, que constituía la región de Asturias. Ahora vivo en la provincia de Asturias, que constituye la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, y me parece estupendo. Toda la vida diciendo "objeto directo", chasqué los dedos y empecé a decir "complemento directo". Toda la vida diciendo "complemento circunstancial", chasqué los dedos y empecé a decir "complemento predicativo". ¿Que Birmania ahora se llama "Myanmar"? ¿Que Ceilán ahora se llama "Sri Lanka"? Pues no se imaginan las ganas que tengo de visitar Myanmar y Sri Lanka.

Por no decir que pasé de la peseta al euro sin inmutarme, del vinilo al CD, del cassette al MP3, del VHS al DVD, del MS-DOS al Windows, del disquete de 3’5 al USB, del Walkman a Spotify, del correo postal al correo electrónico, de los SMS al Whatsapp y de las botellas con tapón separable a las botellas con tapón inseparable, siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Del UHF a La 2. ¿Que el Padre Nuestro ya no dice "el pan nuestro de cada día dánosle hoy" sino "danos hoy nuestro pan de cada día"? No es que me afecte mucho, pero lo acepto. ¿Que "durante" y "mediante" ahora son preposiciones? A sus órdenes, Real Academia Española. ¿Que "sólo" y pronombres como "aquel", "esta" o "esos" ya no llevan tilde? Eh… bueno, sólo digo que no quisiera ocuparme en esta columna de un asunto como éste.

Pero me niego a llamar "Países Bajos" a Holanda. ¿Por qué? No me voy a andar por las ramas ni a poner excusas académicas. Lo hago por pura cabezonería. Ya está bien de tanta tontería, hombre. Los seres humanos tenemos un número limitado de cambios que podemos hacer a lo largo de la vida, y yo tengo la sensación de que ya los he alcanzado. "Ay, no, pero es que Holanda son solamente dos de las doce provincias de la que consta ese país, y llamar al todo por una parte es cometer una sinécdoque. No querrá usted cometer una sinécdoque, ¿verdad?". Pues mire, tan motivado estoy por este tema que incluso estoy dispuesto a hacer algo tan impropio en mí como cometer una sinécdoque. Hasta cometería un hipérbaton: a Holanda me niego a llamar "Países Bajos". Hasta cometería una anáfora.

Van Gogh era ho-lan-dés. Johan Cruyff era holandés. El rey Guillermo I de Holanda era —¿lo adivinan?— holandés. Audrey Hepburn no era holandesa, no, pero no porque fuera paisbajense, sino porque era belga. Ah, ¿que no se dice "paisbajense"? ¿Que se dice "neerlandesa"? Venga ya. ¿"Tenemos de vecinos a unos neerlandeses que han venido de Erasmus"? ¿"me han hablado muy bien de un restaurante neerlandés que ha abierto el mes pasado”? "¡qué colores tan bonitos tienen estos tulipanes neerlandeses!". ¿Estamos en la Unión Europea o en Star Wars? ¿Me están diciendo en serio que España ganó el Mundial de Fútbol 2010 tras derrotar en la final a Países Bajos? Reivindiquemos el nombre de Holanda, o, al menos, exijamos que el resto de países de la UE empiecen a ser llamados "Países Altos".

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.