Recogiendo carrete
Para el señor Feijóo las municipales y autonómicas son una especie de premio de consolación porque la Champions, para él, se juega en diciembre.
Resulta que las próximas elecciones municipales y autonómicas ya no serán una primera vuelta de las generales para el líder de la oposición. Resulta que ya no les va a ir mal a los alcaldes, alcaldesas y presidentes y presidentas autonómicas socialistas, y resulta que para el señor Feijóo se trata de una especie de premio de consolación porque la Champions, para él, se juega en diciembre.
El arte de la política entendida como la capacidad de guiar sus objetivos en favor del interés general y de la idea de justicia, es aquello que mejora las vidas de cada uno de nosotros y nosotras, por eso la política local es fundamental para quien aspira a ser algo en política nacional porque es a nivel local donde se toman decisiones y se implementan medidas que tienen un impacto directo en la vida de las personas.
El municipalismo ha sido y es un concepto unido al socialismo. Los y las socialistas apostamos por municipios fuertes, competentes y con recursos que les permitan atender las necesidades de sus vecinos y vecinas. De este modo, a menudo las políticas que se ponen en práctica a nivel local, se convierten en modelos para la política nacional.
Nuestros ayuntamientos son la administración más cercana a la ciudadanía y, en muchos casos, punta de lanza ante los nuevos retos que les obliga a ser ágiles y eficaces para dar respuestas a las demandas ciudadanas. Y esto, es política con mayúsculas porque su trascendencia política e institucional es trasversal a todo el país.
También, en el ámbito de la descentralización del poder, los gobiernos locales están mejor posicionados para entender las necesidades de la comunidad, favoreciendo que la toma de decisiones esté más ajustada a las necesidades reales de nuestra diversidad territorial.
"Pensar global y actuar local" es mucho más que una frase que se repite en foros internacionales, y es que la función que desempeñan los gobiernos locales y su importante articulación con las esferas estatales ha incrementado su sentido para las políticas públicas pensadas en las personas y su bienestar.
Es importante destacar que los gobiernos locales y autonómicos no actúan solos. La colaboración activa que mantienen con otros actores, como agentes sociales, sociedad civil y sector privado es crucial para el éxito del proyecto colectivo que impulsan. Que las políticas sean efectivas y adecuadas a las demandas sociales conlleva que la participación ciudadana sea un elemento clave. El municipalismo es la mejor escuela de ciudadanía y, por tanto, de democracia.
Y resulta que todo esto, al señor Feijóo le suena a segunda división. Probablemente porque algo tan esencial como que política e interés general son conceptos ligados e indivisibles, trasciende al ideario de la derecha. Son varias las evidencias que nos permiten concluir que la derecha actúa en la defensa de intereses muy concretos, que incluso les lleva a rebasar límites inimaginables para quien se dice demócrata, como hacer un uso selectivo de nuestra constitución o cuestionar públicamente la legitimidad de un gobierno elegido en las urnas con todas las garantías democráticas.
Puede ser por eso, o porque se ha quitado las orejeras y ha podido escuchar a la sociedad española, pero resulta que el señor Feijóo ha ‘recogido carrete’ ante la realidad de que el próximo 28 de mayo, más de 8.000 municipios españoles y 12 comunidades autónomas expresarán en las urnas lo que piensan.