Por una España requetefederal
Estoy seguro de que a todos nos iría mucho mejor si nos uniéramos, si nos federáramos o federásemos. Un solo Estado, lo más fuerte posible.
Soy un firme y convencido defensor de una España federal. Siempre he apoyado de forma entusiasta la unión de todos los Estados españoles. El Estado de Andalucía es magnífico y próspero, no cabe duda. Y el Estado Democrático de La Rioja. Qué decir de la República de Cataluña, el Principado de Asturias o la República Libre de Murcia. Pero estoy seguro de que a todos nos iría mucho mejor si nos uniéramos, si nos federáramos o federásemos. Un solo Estado, lo más fuerte posible. Con el apoyo legislativo que más asegurase la unión y la igualdad entre todos los ciudadanos españoles de este nuevo país, sin privilegios ni diferencias, fueros que provienen de Alarico II ni árboles milenarios alrededor de los que se reunían pueblos primigenios naturales.
Los Estados federales se forman mediante la unión de Estados independientes previos que han entendido que la unión hace la fuerza. Alemania. Estados Unidos. México. Vete tú a quitar la bandera con el águila mordiendo a la serpiente de algún edificio oficial de Jalisco. Nunca provienen de un Estado previamente unido en el que sus partes buscan separarse todo lo que se pueda hasta llegar a la mínima unión posible entre ellas. Si buscáis “federar” en la aplicación de sinónimos del Word veréis que el primero que sale es “unir”. Federación Española de Filatelia —en donde se unen las federaciones locales—. Federación Española de Personas Sordas. Real Federación Española de Fútbol —nada, no hay forma de no hablar de Rubiales—. ¡A las barricadas, a las barricadas, por el triunfo de la Confederación!
El principal activo de la clase trabajadora es la fortaleza de su Estado, de ahí que la izquierda sea siempre unionista, y el separatismo obedezca siempre a intereses oligárquicos. Que actualmente llamemos “blancas” a las cosas oscuras y “negras” a las cosas claras es otro tema. Todo país busca la debilidad de sus vecinos, de ahí los relatos gloriosos sobre sí mismos y nefastos sobre los demás. Rechazar la ridícula visión voxiana sobre la unidad de destino en lo universal de España para adoptar la idea de que España es un error histórico que no debe existir es simplemente negar las mentiras propias para comerse con patatas las mentiras del capitalismo protestante centroeuropeo. “No soy ciudadano de España, sino del mundo” significa, lo sepa el hablante o no, “no soy ciudadano de España, sino de Alemania”.
Y yo soy un ciudadano de España harto de ser tonto. Así que federémonos, fortalezcamos la unidad de España todo lo que la Constitución permita. Federémonos de una puñetera vez por el bien de la clase obrera, que, aunque parezca mentira, sigue existiendo al margen de identidades individuales. No hagamos caso a los que llaman “frío” a las altas temperaturas y “calor” a las bajas. Tanto defiendo la federación, que incluso iría más allá en sus intenciones de unidad, y apoyaría un Estado requetefederal, es decir, nacional, como Francia, Italia o mi adorado Portugal —donde está prohibido que se presenten a las elecciones generales partidos regionales que no representan los intereses de todos—. En definitiva, propongo tanto una España federal que apoyo que seamos lo que ya somos y llevamos siendo desde hace siglos.