Perdónanos, Carles

Perdónanos, Carles

Con la aprobación de la Ley de Amnistía, España reconoce la existencia de presos políticos, negamos el carácter democrático del Estado español, aceptamos haber reprimido totalitariamente los legítimos derechos del Pueblo catalán.

El expresidente catalán Carles Puigdemon.EFE/OLIVIER HOSLET

Por favor, perdónanos, Carles. Tú tenías razón en todo. Tu comportamiento fue intachablemente democrático. Y tuviste enfrente a un Estado dictatorial, intolerante, contrario a todo derecho, que sólo buscaba reprimir con la mayor de las sañas la voz de libertad y empoderamiento de un Pueblo largamente oprimido por la madrastra del Estado reaccionario. Un Pueblo europeo, sonriente, culto, progresista. Que sólo quiere que se le permita existir. Votar en paz y decidir su futuro por sí mismo. Y, para lograr sus fines franquistas, el terror no dudó en emplear a fondo la mayor violencia que se ha visto en nuestro continente desde la II Guerra Mundial, el aparato de jueces más corruptos, la caspa, la oscuridad, el analfabetismo que es inherente a la propia existencia de España.

Avergonzados con razón por lo que fuimos, somos y seremos, esta semana te hemos pedido perdón. Y no sólo a ti. También a Jordi, a Toni, a Marta. A Oriol. A Lluís, a Clara, —por ejemplificar en ellos y ellas a los millones de catalanes y catalanas ante los que nos hemos disculpado—. Porque cuando un Estado encierra como presos políticos a la mitad de los líderes de un Pueblo y obliga al exilio a la otra mitad, el pago de su culpa ha de estar por encima de escrúpulos de leguleyo. La lucha contra el fascismo no se puede detener por casuísticas de hemeroteca o atribuciones de intenciones parlamentarias. Estamos hablando de palabras con mayúsculas: Libertad, Democracia, Autodeterminación, Pueblo, República, Cultura, Sánchez, Puigdemont.

Lo dijo nuestro Presidente en un tuit: "En política, como en la vida, el perdón es más poderoso que el rencor”. Por supuesto, nuestro presidente sabe la diferencia entre un indulto —en donde un Estado perdona a un ciudadano delincuente— y una amnistía —en donde un Estado delincuente pide perdón a un ciudadano—. En 1977 España no perdonó a los presos políticos, sino que les pidió perdón por lo que el régimen franquista les había hecho. Ahora es igual. Ese tuit de Sánchez sólo puede ser entendido en referencia al perdón que se te implora. A ti, a Tsunami Democràtic, a los CDRs. Quizá también a los Pujol. Sánchez es el Gato con Botas que te mira intentando darte pena con los ojos llenos de lágrimas y su sombrero de mosquetero enroscado en las manos. Tú, victorioso Carles, eres Shrek.

Con la aprobación de la Ley de Amnistía, España adopta como doctrina oficial lo que te he expuesto en los dos primeros párrafos. Reconocemos la existencia de presos políticos, negamos el carácter democrático del Estado español —al menos hasta hoy—, aceptamos haber reprimido totalitariamente los legítimos derechos del Pueblo catalán. ¿Cómo no entender tu indignación, el calvario pasado en el destierro? ¿Quién no comprendería perfectamente que te niegues a perdonarnos? ¿Con qué fuerza moral afearte cualquier ilegalidad que cometas a partir de ahora, tras las cometidas por nosotros? Aun así, me permito insistir en el mensaje de nuestro Presidente: el perdón es más poderoso que el rencor. No nos tengas rencor, Carles. Perdónanos, por favor.

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Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.

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