Negacionistas: ¡Despertad!
"En pleno siglo XXI, habiendo vivido, lamentablemente, tantas catástrofes naturales y habiendo superado una pandemia que nos arrasó a nivel mundial, parece mentira que todavía existan dos clases de personas negacionistas".
En pleno siglo XXI, habiendo vivido, lamentablemente, tantas catástrofes naturales y habiendo superado una pandemia que nos arrasó a nivel mundial, parece mentira que todavía existan dos clases de personas negacionistas. Por un lado, tenemos los negacionistas del cambio climático y, por otro, los negacionistas fiscales. Con frecuencia hay personas que son ambas cosas. Creo que ante la tragedia que estanos viviendo estos días en la Comunitat Valenciana, ha llegado el momento de decirles sin tapujos: Negacionistas: ¡Despertad!
El cambio climático se nota por doquier, pero, por centrarlo en lo que estamos viviendo estos días, se nota en la temperatura del mar. Los récords térmicos del Mar Mediterráneo son una anomalía que empieza a ser crónica. Esta circunstancia ha provocado que, al cruzarse con una bolsa de aire frío escapada de lo que debería ser su circuito polar, hayamos vivido el mayor desastre natural de nuestros tiempos. ¿Alguien puede dudar de que lo ocurrido está causado por el calentamiento global del planeta? ¡Negacionistas climáticos, despertad!
Estamos viviendo estos días con muchísimo dolor los efectos devastadores de la catástrofe. Mientras escribo estas líneas se siguen buscando a personas fallecidas, repartiendo víveres a quienes lo necesitan, intentando arreglar las conexiones y limpiando las calles. No hay letras suficientes en este teclado para poder trasladar el dolor y la solidaridad de la ciudadanía y de mí misma ante la tragedia.
Pero lo que sí puedo trasladar es el orgullo de ver cómo, una vez más, la solidaridad ha vuelto a salir a la calle. Deberíamos estar muy orgullosos de vivir en un país en el que cuando alguien lo necesita, muchos acuden al rescate. Y sí, también y por supuesto, debemos sentirnos muy orgullosos de vivir en un país que gracias a la “cosa pública” nos ayuda a superar todas y cada una de las catástrofes.
Así que, ¡negacionistas fiscales, despertad! Son los impuestos los que permiten que estén en la calle y allí donde haga falta los científicos, la UME, el Ejército, los bomberos, la Guardia Civil, los helicópteros, los equipos de limpieza, la maquinaria, los médicos y las enfermeras. Todos, para lo que haga falta, el tiempo que haga falta y con los recursos económicos que hagan falta. Igual que en 2020 con el COVID fue lo público quien nos hizo salir de la crisis, recuperarnos y volver más fuertes económicamente que en 2019, será ahora lo público el q nos ayude a superar el drama que hemos vivido en Valencia.
Parece mentira que tenga que llegar una desgracia para algunos se den cuenta de la importancia de contribuir con nuestros impuestos al Estado del bienestar, y parece mentira que tengamos que oír todavía de algunos que el dinero donde está mejor es en los bolsillos de los ciudadanos.
En este mundo en el que vivimos, y en España en particular, hay firmes partidarios del “sálvese quien pueda”, un modelo neoliberal que no deberíamos imitar jamás. Por suerte, somos más los que defendemos la justicia social. Tragedias como la que estamos viviendo deberían ayudar a que los que apostamos por este modelo seamos cada día más. Bajar impuestos desmantela los servicios públicos, que son imprescindibles cuando nos azota la catástrofe. Saber que tenemos a nuestra disposición a los trabajadores públicos siempre que les vayamos a necesitar, ayuda a que la ciudadanía sea consciente del porqué de las cargas impositivas.
Mientras nos recuperamos poco a poco de lo sucedido el martes, y mientras bomberos, la UME, el Ejército y demás personal esencial sigue trabajando sin parar para encontrar personas desaparecidas, arreglar las infraestructuras, ofrecer comida, bebida y un techo a los que se han quedado sin nada, está última linea es solo para darles un enorme GRACIAS.
Montse Mínguez es secretaria general del Grupo Parlamentario Socialista