Los sueños siempre ganan a las pesadillas
España se juega su futuro este 23 de julio y puede hacerlo mirando hacia un mañana de progreso o viajando en el túnel del tiempo al pasado.
Quedan poco más de 48 horas para las Elecciones Generales del 23 de julio, para que todos los ciudadanos y ciudadanas ejerzamos el derecho a votar y a decidir con nuestro voto el futuro de nuestro país.
Los verbos, las palabras, los adjetivos que empleamos en la vida y en la política nos definen y definen también nuestros actos. La derecha española ha pasado de pronosticar un otoño caliente de recesión económica y paro a cambiar su discurso y pronunciar solo el verbo derogar ante la evidencia de los datos que señalan a España como la gran economía europea con mayor crecimiento económico en 2021, 2022 y el primer trimestre de 2023 y ante unos datos del mercado laboral históricos en afiliación a la Seguridad Social, empleo femenino, empleo juvenil o caída de la temporalidad. Todos los indicadores laborales señalan el buen estado del mercado de trabajo y una creación de empleo sin precedentes en la serie histórica.
Nada se puede construir derogando. España atraviesa uno de los mejores momentos económicos de su historia en un contexto complejo, volátil y cambiante en todo el mundo tras la peor pandemia de los últimos cien años y una guerra a las puertas de Europa que ha hecho saltar por los aires la economía mundial con subidas de los precios. Pese a todo ello, nuestro país crece cuatro veces más que la media de la zona euro, creamos más empleo que nunca con datos históricos de afiliación a la Seguridad Social con casi 21 millones de personas trabajando y con una de las dos tasas de inflación más bajas de la Unión Europea gracias a la respuesta de política económica del Gobierno de Pedro Sánchez.
Y en esta situación, ¿dónde está Feijóo? ¿Dónde están sus propuestas? La realidad de la campaña electoral es que ha pasado unos días mintiendo y otros no diciendo la verdad con la intención de ocultar sus planes si llega a la Moncloa y que pasan por derogar la reforma laboral que más empleo crea, la reforma de las pensiones que obliga por ley a revalorizarlas conforme al IPC y todos los avances legislativos que nos han permitido ampliar derechos y libertades para los ciudadanos.
Pero, entre tanto ruido, pese a su política plagada de mentiras, insultos e inexactitudes como lo llama él, hay cosas que no ha podido ocultar. Feijóo llega al domingo 23 de julio reconociendo que conocía a Marcial Dorado aunque en vez de narcotraficante, por lo que le condenó la Justicia, le llame contrabandista. Llega también al 23 de julio reconociendo que no conoce su país ni los problemas de la gente, y lo que es más grave, llega mintiendo a unas Elecciones Generales. Mintió cuando dijo que durante el Gobierno de Rajoy se revalorizaron las pensiones conforme al IPC y mintió cuando dijo que había apoyado que se subieran ahora, en tiempos tan difíciles, para ayudar a los jubilados y jubiladas ante la subida de precios de la cesta de la compra. Votaron en contra en el Congreso de los Diputados la reforma de las pensiones como votaron antes en contra de la reforma laboral o de la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 1.080 euros.
España avanza y lo hace con una hoja de ruta clara y con un presidente como Pedro Sánchez que tiene claros los retos y los desafíos que tiene nuestro país, que tiene clara la importancia de reindustrializar nuestro tejido productivo y ayudar a las empresas en su transformación y también en la transición ecológica y digital para modernizar nuestro clima de negocios y ser más competitivos a la vez que sostenibles, que son las dos bases de un progreso seguro. Es también plenamente consciente de que en estos más de 40 años de democracia hemos avanzado en muchos derechos pero sigue habiendo tareas pendiente para garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Tenemos un Gobierno que ha dejado de hablar de los jóvenes como ocurría anteriormente mientras se dejaban morir a generaciones y generaciones de jóvenes y que trabaja sin descanso para generarles condiciones para poder vivir y trabajar en nuestro país mejorando la calidad de sus empleos y salarios, ofreciendo oportunidades de vivienda dignas y mejorando las condiciones de conciliación y corresponsabilidad para que tener hijos deje de ser un problema y vuelva a ser un apasionante proyecto vital.
España se juega su futuro este 23 de julio y puede hacerlo mirando hacia un mañana de progreso o viajando en el túnel del tiempo al pasado. Por eso es tan importante votar y hacerlo sabiendo que la esperanza siempre es más fuerte que el miedo, que los mejores sueños siempre ganan a las peores pesadillas.