La solución para 'MasterChef': NO participar

Hemos escrito y hablado mucho sobre MasterChef (el Celebrity y el de anónimos) y sus desmanes, hemos contado por escrito, en la radio, en las redes, las desmesuras, las polémicas, los comportamientos poco ortodoxos, las trampas y los cartones, los entresijos. Como queda muy poco por decir, voy a ser brevísima en este post, que escribo tras el último despropósito, el que vivió una de las concursantes de esta edición, Tamara, tras decidir, cuando vio peligrar su bienestar emocional, abandonar el programa. Recapitulo primero, muy rápidamente:

1. Pasó lo de Patricia Conde, que usó el humor muy bien usado como arma contra la estupidez, antes de pirarse del programa, con toda la controversia que os podías imaginar y que ella nunca hizo pública.

2. Pasó lo de María del Monte, que usó su cordura para cantarle las 40 al programa.

3. Pasó lo de León come gamba, un concursante que nunca debió pasar el casting. Escribí esto en su momento, por si no recordáis el asunto.

4. Pasaron polémicas mayores y menores, algunas absurdas, otras intolerables. Destila, temporada tras temporada, esa ideología ultraconservadora, tal y como publicó El Comidista.

5. Y pasó, PASÓ, lo de Verónica Forqué, que fue un punto de inflexión, una llamada de aviso… que NO SIRVIÓ para nada. Aquí también, un pequeño resumen de aquel gravísimo momento.

Y pese a todas las voces críticas, contrarias, pese a todo lo denunciado, aquí seguimos, con este nuevo caso de hace apenas dos días. Visto lo visto, aquí va mi nueva aportación.

Las cantidades que se ofrecen a determinadas celebridades por cada semana son desorbitadas de verdad: a veces 15.000 euros, a veces 20.000 euros. Eso lo sé con certeza. Puede que a veces más, depende de quien sea el famoso en cuestión, pero de cantidades mayores no tengo constancia.

Imagino (porque nunca me he visto en semejante tesitura) que debe ser tremendamente difícil renunciar a un caché así. Debe ser demasiado goloso, demasiado dinero de golpe sin demasiado esfuerzo, lo puedo imaginar. Puede que la participación te salve el año, si pasas un momento de perfil bajo profesional: Un supuesto, 15.000 euros por tres semanas, por ejemplo, son 45.000, que es un dignísimo sueldo anual, por dos meses de trabajo como mucho. Puede que pienses que te va a poner otra vez en el mercado (y en el disparadero también). Puede que te de para un pedazo de capricho (un cochazo, una casita en un pueblecito lejano, un viaje estupendo con tus amigos). Y esa es una tentación, seguro, difícil de vencer.

Y quizá estaría bien, que al margen del jurado, y de su actitud impresentable tantas veces, señaláramos más veces a:

1. La productora del programa, Shine Iberia, que es la que de verdad hace y deshace; a una TVE que mira para otro lado, siempre, esté quien esté al frente;

2. Todas esas celebridades que aceptan jugar a un juego perverso, disfrazado de entretenimiento, y lo que es peor, de divulgación gastronómica. Quizá estaría bien que determinadas figuras públicas, actores, comunicadores (algunos con una mirada muy crítica, muy punzante, muy ética hacia todo lo humano) se pensasen un poco dónde se meten, qué mensaje lanzan con su presencia y su ju ju ja ja en el contexto de este programa.

3. Todos los cocineros que aman la gastronomía y la cocina y sus bondades, que colaboran “alegremente en este concurso”, como señalaba en X Mikel López Iturriaga, responsable de El Comidista.

Y por favor, a todos los que vais a decir, pensar, escribir, "pero es que la gente lo ve", por mí os lo podéis ahorrar.

PD: Hace tan solo unas horas RTVE ha retirado ese episodio en concreto de su web tras la polémica. "Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares. RTVE reitera su compromiso con la salud mental", han señalado.