Juan Carlos I: cuento de Navidad en octubre

Juan Carlos I: cuento de Navidad en octubre

Esa noche de junio de 1992, de vuelta en la Zarzuela tras cenar y hacer el amor con ella, justo cuando estaba a punto de quedarse dormido, el Espíritu de 2024 se le apareció.

El rey emérito Juan Carlos I.Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images

I. Esa noche de junio de 1992, de vuelta en la Zarzuela tras cenar y hacer el amor con ella, justo cuando estaba a punto de quedarse dormido, el Espíritu de 2024 se le apareció al rey Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón.

- ¿Quién eres? ¿Cómo has entrado aquí?

No le hizo falta encender la luz porque la extraña figura brillaba mortecinamente. Era difícil distinguir sus rasgos. En la oscuridad el monarca estiró el brazo para alcanzar a tientas el timbre de alarma que tenía en la mesita.

- Soy el Espíritu de 2024. Esta noche vas a venir conmigo para hacer un viaje en el tiempo. No tienes que hacer nada. Déjate llevar […] Es inútil, no funciona el timbre. Da igual que grites. Todos duermen profundamente. Incluso los que no deben dormir.

Sintió que a su alrededor todo lo sólido se desvanecía en el aire. Él flotaba. El Espíritu le tomó de la mano.

- Esto tiene que ser cosa de Sabino. Me va a oír.

II. "Las fotos no desvelan nada que no supiéramos ya. Pero la participación del hijo lo hace todo más sórdido. Es alarmante cómo trataba asuntos de Estado con sus amigas, y más inquietante aun resulta el runrún de que pronto saldrán vídeos y audios más comprometidos…". El Espíritu de 2024 había traído al Juan Carlos de 1992 hasta un plató actual en donde los tertulianos debatían el tema de la semana.

- Soy el rey. ¿Qué está pasando? Soy el rey. No pueden hablar de mí así. ¡¡No pueden!! ¿Dónde está el director de este programa?

Soltó la mano del Espíritu y se dirigió directamente hasta el operario que manejaba la cámara con el piloto encendido. No se inmutó. Quiso empujarla para que dejara de enfocar la mesa de debate. Sus manos la atravesaron sin conseguir moverla. Se volvió hacia el Espíritu.

- Ponme con Mario. Ahora mismo. ¡Que me traigas a Mario aquí! Soy el rey. ¿Es que eso no importa? El Estado depende de mí. Qué irresponsabilidad es ésta. Que se preparen…

El Espíritu le sostenía la mirada sin alterarse.

- Devuélveme ahora mismo a la Zarzuela. ¿Y por qué ponen de fondo imágenes de mi padre? ¿Por qué está tan raro mi padre?

- No es su padre. Es usted.

III. Al despertar Juan Carlos a la mañana siguiente, tras un sueño intranquilo, permaneció durante largo rato tumbado en la cama. Sólo salió de su estupor para llamar a Marta, a la que narró con detalle su experiencia de la noche anterior. Ésta estaba convencida de que todo había sido un sueño.

- Pues fue el sueño más lúcido que tuve jamás. Después de lo del plató me enseñó cientos de recortes de prensa. Y… y una cosa rara… la recuerdo a medias… como una televisión pequeña que la gente llevaba en el bolsillo y todo el mundo escribía mensajes horribles sobre mí. ¡Hasta en el Congreso de los Diputados me llamaban ladrón y corrupto! ¡Al rey!

- ¿Ves? Es imposible. Ese mundo que describes es de ciencia-ficción. Lo has tenido que soñar. ¿Cómo va a llevar la gente un televisor en el bolsillo?

Rieron y el rey se tranquilizó. Siguieron hablando de temas diversos hasta que ya no quedó rastro de la ansiedad con la que Juan Carlos se había despertado.

-Bueno, te dejo, que tengo que despachar. Por cierto, el otro día, en una fiesta… había una señorita… alemana… qué guapa era… de mi tipo… Corinna o algo así, creo.

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Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.