España reconoce Palestina, el PP no reconoce el genocidio

España reconoce Palestina, el PP no reconoce el genocidio

"No puede entenderse la posición de aquellos que prefieren mirar hacia otro lado o que justifican, como el PP en España, el genocidio perpetrado por el Gobierno de Israel alegando defensa propia".

El presidente del Gobierno, Pedro SánchezMoncloa/EFE

Según el Barómetro 2024 del Real Instituto Elcano, publicado recientemente, un 60% de la población española considera que la solución al conflicto entre Israel y Palestina pasa por los dos Estados independientes y una mayoría aún mayor, que alcanza el 78%, es favorable a reconocer el Estado de Palestina rápidamente. Este último punto incluso despierta simpatía en más de la mitad de los españoles situados ideológicamente hacia la derecha. En definitiva, estamos hablando de un gran consenso de país.

Con estos datos internos, y tras más de 7 meses de ofensiva del Gobierno de Israel sobre la Franja de Gaza que ya se ha cobrado más de 35.000 vidas, el presidente español, Pedro Sánchez, ha tenido el coraje y la valentía de dar un paso tan justo como necesario: reconocer el Estado de Palestina. Y así lo ha hecho este mismo martes el Consejo de Ministros. Un paso para avanzar hacia la solución del conflicto que no va en contra de nadie, sino a favor de los palestinos y su derecho a vivir libre y dignamente.

La reacción de Netanyahu y su ministro más twittero, el de Exteriores, no se ha hecho esperar. Y se ha basado en una colección de ataques y ofensas hacia España y su Gobierno, que justo en este momento ha abierto, junto a Irlanda y Noruega, un camino que probablemente muchos otros transitarán más pronto que tarde. Y que tiene que servir para acabar con la impunidad, no de Israel, sino de su gobierno y su primer ministro, que en estos momentos apenas llega al 15% de popularidad en su propio país y que ha hecho oídos sordos a las múltiples peticiones de alto el fuego, incluyendo la de las Naciones Unidas. Tampoco parece haberle importado mucho la orden de detención solicitada por el Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, aunque supone un duro golpe al primer ministro ultra porque es un gesto con un enorme simbolismo, ya que nunca un líder occidental había estado en esta situación, acusado nada más y nada menos que de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

Y no es para menos. Son demasiados meses de bombardeos y ataques indiscriminados contra la población civil, con más de 35.000 asesinados, de los que unos 14.000 son niños y niñas. No hay mayor crueldad posible. No hay relato sobre la defensa propia que pueda sustentarse en base al crimen. Porque el gobierno de Netanyahu se pasó de frenada hace mucho. Han sesgado vidas, han destruido miles de edificios, han bombardeado hospitales, y ahora también campos de refugiados que presuntamente se ubicaban en zonas seguras. Pero como dice Josep Borrell, en Gaza ya no hay nada seguro. Y si no que se lo digan a los familiares de los niños palestinos asesinados y quemados vivos hace pocas horas mientras dormían en sus tiendas de campaña, situadas en una zona supuestamente segura.

Titania
Titania
Santander

Ante tanta crueldad no cabe equidistancia. No puede entenderse la posición de aquellos que prefieren mirar hacia otro lado o que justifican, como el PP en España, el genocidio perpetrado por el Gobierno de Israel alegando defensa propia. Hasta hace no mucho, el PP defendía la solución de los dos estados. Pero como Pedro Sánchez ha decidido reconocer el Estado Palestino, ahora al PP le parece mal lo que antes veía bien. Porque lo único que importa a los de Feijóo es llevar la contraria a Sánchez, aunque para ello tengan que justificar atrocidades. Netanyahu llegará a su fin, algún día no estará y habrá paz y justicia para Palestina. Pero lo que quedará para siempre en el currículum del PP es que fueron capaces de defender un genocidio solo por atacar a un presidente que en las urnas son incapaces de derrocar.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Arnau Ramírez (Sant Feliu de Codines, 1989) es diputado por Barcelona y portavoz de Cambio Climático del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso. Anteriormente fue primer secretari de la Joventut Socialista de Catalunya (JSC). Es graduado en Ciencias Políticas y Gestión Pública por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).