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El testamento vital, el gran olvidado de los derechos

El testamento vital, el gran olvidado de los derechos

"Es más fácil estar en la oposición disruptiva que trabajar duro para gestionar y mejorar los servicios público".

Un hombre firma un testamento.

El documento de instrucciones previas, también conocido como testamentos vitales está recogido en nuestro ordenamiento jurídico desde 2002, con la Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Es desde entonces una ley muy relevante para el derecho de autonomía de los pacientes.

Transcurridos 22 años desde la entrada en vigor de este derecho, la realidad es que hay un gran desconocimiento por parte de los y las pacientes sobre los testamentos vitales. En el Registro Nacional de Instrucciones previas, apenas hay formalizados 450.500 de estos documentos.

Desde los poderes públicos no se han hecho campañas de información sobre esta cuestión. En mi comunidad, el Sistema Murciano de Salud nunca ha prestado atención a ello. Algo tendrá que ver el hecho de que en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia contamos con una de las tasas más bajas: poco más de 4 testamentos vitales por cada 100.000 habitantes.

No ocurre así en otras comunidades entre las que destacan País Vasco, Navarra, Cataluña o La Rioja, con porcentajes cercanos al 20% y legislaciones propias que concretan y regulan los modelos y procesos para que los y las pacientes puedan formalizar sus testamentos vitales.

Desde el PSOE llevamos esta semana al pleno del Congreso la toma en consideración de una Proposición de Ley sobre el derecho a otorgar instrucciones previas. Se trataba del primer paso para abrir el debate y consensuar una actualización, después de 22 años, de las instrucciones previas para reforzar la preeminencia de la voluntad de la persona y la protección de su dignidad.

Nuestro propósito era reforzar la prevalencia de la voluntad del paciente y la protección de su dignidad, defendiendo el derecho de toda persona mayor de edad a manifestar anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desea recibir llegado el momento en que cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlo personalmente.

Las instrucciones previas recogen la voluntad de las personas, por ejemplo, en recibir, un cierto tipo de tratamientos relacionados con la transfusión de sangre, la alimentación gastrostómica, la hidratación por vía venosa, el uso de respirador artificial, la sedación paliativa y otros cuidados para prorrogar la vida.

Según la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), el escaso desarrollo del testamento vital en España tiene que ver con un “ruido de fondo” que tiende a identificar “instrucciones previas”, con eutanasia.

Dejamos claro ante el pleno del Congreso que no se trataba de reabrir el debate de la eutanasia. Es un debate que ya tuvimos en 2021 y, gracias a un gobierno progresista y al apoyo de la mayoría de los grupos, hoy contamos en España con la LORE (Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia), que añadió un derecho a la ciudadanía con todas las garantías, jurídicas y sanitarias

Vox aprovechó su intervención para aumentar los decibelios con un discurso catastrofista y demagogo, en el que mezcló cuidados paliativos, aborto, asesinos, desprecio a los profesionales sanitarios y un largo etcétera de descalificaciones en su visión negra y retrógrada de nuestro sistema de salud.

Es más fácil soltar por la boca soflamas ideológicas, teorías negacionistas, visiones catastrofistas que buscar y encontrar soluciones. En definitiva, es mucho más sencillo soltar mentiras y bulos que intentar mejorar nuestro sistema de salud y de cuidados. Es más fácil estar en la oposición disruptiva que trabajar duro para gestionar y mejorar los servicios públicos.

Pero quizás lo más lamentable fue observar cómo el PP imitaba los posicionamientos de VOX. Un PP que lejos de avanzar, retrocede. En 2002, su ministra Ana Pastor firmó la Ley básica reguladora de autonomía del paciente. Ahora su partido se opone a revisar un aspecto a todas luces mejorable, las instrucciones previas. En fin, en las antípodas de lo que se espera de un partido serio que aspira a gobernar, aunque no es difícil adivinar el porqué de estas posiciones retrógradas: necesita a VOX.

Lamentablemente, la iniciativa no salió adelante: PNV y JUNTS alegaron invasión competencial y tampoco quisieron abrir este debate. Pero desde el Grupo Socialista seguiremos trabajando para avanzar en los derechos y la autonomía de los y las pacientes, en fortalecer los derechos a decidir. En mejorar los servicios públicos y defender la Sanidad Pública.

No pararemos hasta lograrlo.

Caridad Rives Arcayna es diputada del PSOE por Murcia.