Dime cómo vuelves del verano y te diré quién eres
Las personas dejamos nuestra huella en todo lo que hacemos; por eso, es posible averiguar cómo ha pasado alguien sus vacaciones observando lo que hace nada más llegar.
Las personas dejamos nuestra huella en todo lo que hacemos. Por eso, sin ningún tipo de bola de cristal o baraja de tarot, es posible averiguar cómo ha pasado alguien sus vacaciones únicamente observando lo que hace justo al llegar. Aquí están los diez tipos más frecuentes:
1. Te has abierto una cuenta en Tinder. Dicen que el roce hace el cariño, pero dos semanas viendo de cerca la cara de tu pareja ha hecho que todo reviente por los aires. Vas camino del clásico divorcio septembrino, pero ya te has abierto el perfil para ir entrenando el swipe.
2. Dejas el equipaje sin deshacer durante días. Solterazo irredento, has exprimido al máximo el verano y necesitas unas vacaciones de las vacaciones. Cuando quites la maleta, dejará una marca en el suelo, como los perfiles policiales de las personas asesinadas.
3. Estás navegando, pero en un mar de utensilios escolares en la sección de vuelta al cole del hipermercado. Tienes niños, seguramente más de uno. Con un ojo en las lavadoras que aún hay que poner ya estás recontando libros, ponderando algún bajo y temiendo la cuesta de septiembre.
4. Sigues en la playa, de chill. Eres universitario y quizá tus padres (o abuelos) te han hecho la matrícula. No tienes ni idea de qué día comienzan las clases, pero esperas enterarte por TikTok.
5. Has perdido peso. Este contrasentido se explica porque este verano has ligado, pero mucho mucho. Tanto que se te ha quitado el hambre y, además, has quemado más calorías practicando sexo que haciendo crossfit. Enhorabuena.
6. Has sacado medio millón de fotos (o más). Eres de los pocos afortunados que ha podido irse de viaje al extranjero. Vuelves extasiado por esa nueva cultura que has conocido, de la que tanto hay que aprender y de la que hace apenas unos días no sabías nada de nada (y claro, no quieres reconocer que la elegiste porque era un destino barato). Eso sí, como enseñes una sola foto más tus amigos te van a hacer ghosting.
7. Vienes con unos kilos de más y no tan moreno como pensabas. Eres un ser humano en lugar de una mangosta o un anacardo. Felicítate por ello. Somos muchos los que hemos venido así.
8. Apenas hablas de tus vacaciones y se te ve feliz en la oficina. El apartamento que alquilaste era minúsculo, con ruidos y malos olores a todas horas y solo se veía el mar aplastando la cara contra el espejo del baño. Te intoxicaste con una tortilla de camarones y te ha picado una carabela portuguesa.
9. Estás hasta las narices del verano. Eres uno de los 1,6 millones de empleados del sector de la hostelería que, trabajando los fines de semana, con turnos partidos, jornadas maratonianas y aguantando los caprichos e impertinencias de nosotros, los turistas, has hecho posible que disfrutáramos. Tú sí que vales.
10. No has tenido vacaciones. Eres autónomo.
Sean como hayan sido tus vacaciones, quédate con los mejores momentos, porque este loco mundo últimamente nos tiene acostumbrados a que cualquier día pueda empezar otra montaña rusa de esas que no molan nada de nada. Y porque la vida, sobre todo en vacaciones, consiste en eso: en atesorar momentos luminosos para que un día podamos confesar que hemos vivido.