El tren del empleo no siempre para en Alemania
¿Es Alemania la tierra de las oportunidades para los desempleados sin perspectivas laborales en España? ¿Es el nuevo El Dorado? Quienes viven allí aseguran que no. Sin titulación y sin conocer el idioma, puede terminar convirtiéndose en una pesadilla para aquellos que se marchan a la desesperada.
Pese a que Alemania es quien dicta la política de ajustes que se aplican en España y los sacrificios que debemos asumir para no ser castigados con un rescate a la griega, muchos españoles han elegido como destino laboral el mismo país que dicta sin escrúpulos la agenda económica de nuestro Gobierno. Algunos han viajado hasta allí con un puesto de trabajo bajo el brazo, otros han huido sin ni siquiera saber a dónde iban, pero a todos les une un mismo objetivo: buscar su propio porvenir en un territorio en el que, curiosamente, también se decide el futuro de España.
¿Es Alemania la tierra de las oportunidades para los desempleados sin perspectivas laborales en España? ¿Es el nuevo El Dorado? Quienes viven allí aseguran que no. Sin titulación y sin conocer el idioma, puede terminar convirtiéndose en una pesadilla para aquellos que se marchan a la desesperada y forzados por la crisis económica.
Hay ingenieros españoles trabajando en la fábrica de Airbus en Hamburgo, enfermeros en Wuppertal, camareros y un sinfín de artistas en Berlín, hoteleros en Colonia o profesores en Leipzig. Pero también hay muchos que se ven atrapados en el bucle de los minijobs por los que apenas perciben 400 euros al mes y otros que han terminado su sueño alemán en un centro de acogida y en comedores sociales.
Iniciamos el recorrido de este viaje sobre la emigración española en Alemania en la ciudad de Colonia para obtener una visión global del país a través de las miradas de quienes conocen de cerca cómo está evolucionando el fenómeno migratorio, los nuevos canales de comunicación entre los españoles y la realidad a la que se enfrentan los más capacitados y aquellos que pisan este país sin ni siquiera saber si aquí hace frío o calor.
Panorámica de Colonia cubierta de nieve. Foto: OC.
Colonia rompe muchos de los estereotipos que tenemos presentes en nuestro imaginario sobre los germanos. Los tópicos no se cumplen en una ciudad en la que la puntualidad no es tan estricta como en otras zonas de Alemania ni son tan atinados en la tediosa burocracia (o burrocracia, como me comenta una emigrante mexicana) a la que se enfrentan los emigrantes nada más pisar este país. El protagonista de la novela El millonario, de Tommy Jaud, un auténtico best seller en Alemania, donde ha vendido más de dos millones de ejemplares, dice que en Colonia "la mitad de la población es gay, la otra mitad está chalada". Más allá de la ficción y el humor alemán tan difícil de descifrar, lo cierto es que es una ciudad totalmente diferente al resto.
Españoles en Alemania conectados a la Red
José Gayarre es autor de uno de los blogs más importantes de la comunidad española en este país -Destino Alemania- y administrador de una página en Facebook que cuenta con más de 9.000 seguidores. Un foro en el que saltan chispas entre españoles resignados (o no) a vivir en una ciudad "tan gris" y alemanes que defienden con uñas y dientes el modo de vida germano. Es navarro y lleva viviendo en Colonia más de 13 años.
José Gayarre, autor del blog Destino Alemania. Foto: María Gracia Centeno.
La comunidad virtual que ha creado Gayarre se ha convertido en el punto de encuentro e información más visitado por la creciente colonia española. "Los que llevamos aquí mucho más tiempo", explica Gayarre, "nos hemos visto en la obligación de generar esta plataforma de comunicación en la que ofrecemos una información más práctica, además de poner en contacto a distintas personas e, incluso, buscar ayudas en distintas instituciones para darles la oportunidad de que se preparen antes de venir aquí y que sepan de antemano que van a sufrir un cambio muy brusco, se trata de dos culturas muy diferentes".
Alemania no se encuentra entre los países preferidos por los españoles que han emigrado a raíz de la actual crisis económica. El idioma y el "choque cultural" frena a muchos y ha obligado a otros a retornar a España tras verificar sobre el terreno los obstáculos que deben sortear para integrarse en el mercado laboral y en la propia sociedad alemana. Sin embargo, existen hitos recientes que han alentado el "efecto llamada": el anuncio de Merkel de que daría prioridad a los desempleados españoles y promesas de empleo realizadas públicamente por empresarios de Hesse en la Comunidad de Madrid o, por ejemplo, la del alcalde de Herbolzheim, Ernst Schilling, a 18 vecinos de Oliva, en Valencia.
Casi 50.000 españoles trabajan en Alemania
Si nos atenemos a las cifras oficiales, a muchos no les ha ido mal. El último informe presentado por la Agencia Federal de Empleo (BA) indica que 49.433 españoles ya trabajan en territorio alemán. A ellos se suman 7.729 que cobran prestaciones por desempleo. No obstante, las cifras no envuelven una realidad idílica. Muchos de los españoles trabajan en minijobs con contratos basura.
El consulado de España que existe en la región más poblada de Alemania se encuentra en Düsseldorf. El cónsul general, Francisco Aguilera (Granada, 1964) nos recibe en la primera planta de la Cancillería, un angosto edificio situado a escasos metros del Rin y frente al Conservatorio de Música Robert Schumann.
Francisco Aguilera, cónsul general de España en Düsseldorf. Foto: OC.
¿Cuál es la realidad que se percibe en el Consulado sobre la supuesta oleada de emigrantes españoles hacia Alemania? "Existe", según Aguilera, "una disonancia cognitiva entre la impresión que hay en España y lo que aquí vemos. Entre los españoles que vienen ahora hay tanto quienes se prepararon el viaje y llegan con ideas claras; como los que no saben nada del país, ni alemán. Estos últimos es dudoso que consigan nada provechoso. Y lo pasan muy mal".
"Es imposible que haya una avalancha de españoles"
Francisco Aguilera lo tiene muy claro: "Alemania no es El Dorado en ningún caso y especialmente para los españoles. No porque el alemán trate mal al español, que está mejor visto que ciudadanos de otros países. El alemán suele apreciar al español. Y el español suele integrarse bien. Pero las mentalidades son muy, muy distintas. Quien quiera venir que lo piense primero, lo bueno de Alemania tiene un precio".
El cónsul general de España en Düsseldorf cree que "es imposible que haya una avalancha de ciudadanos españoles hacia Alemania por muy mal que esté la situación en España. Los españoles que vengan serán siempre menos que los inmigrantes de otros países. Hay menos españoles que portugueses, italianos, griegos, croatas, polacos o cualquier otra nacionalidad".
¡Qué bien que tenemos a los españoles!
Pese a las diferencias a las que hace alusión el cónsul, existe una empatía que quizá se forjó gracias a la integración modélica de los españoles que emigraron a este país en las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado. No extraña, por tanto, que una de las cabeceras de referencia en Alemania, el Frankfurter Allgemeine, destaque el siguiente titular en un amplio reportaje sobre el fenómeno migratorio: "¡Qué bien que tenemos a los españoles!".
TUI invita a todos los alemanes a que viajen a España. Foto: OC.
El periodista que firma dicho reportaje, Sven Astheimer, destaca la existencia de "un importante número de españoles motivados que aprenden el alemán para obtener un puesto de trabajo y que demuestran una voluntad absoluta de integrarse. Esto es bueno para Alemania. Los Institutos Goethe (el equivalente a nuestro Cervantes) están experimentando una demanda de plazas inaudita. Hay muchos sitios en donde no dan abasto puesto que los cursos se llenan inmediatamente y faltan profesores. Son, sobre todo, españoles jóvenes que demuestran unas ganas inmensas por aprender nuestro idioma".
"El alemán", añade, "es símbolo de un futuro mejor en el ámbito laboral. Y los empresarios alemanes ya han reaccionado. Igual que hasta hace poco hacían publicidad para nuevos empleados en ferias de trabajo en Magdeburg o Aquisgrán, hoy montan sus stands en Madrid o Atenas. El mensaje que tienen es: ¡Venid a Alemania, que os necesitamos!".
El Machado, el centro de los españoles
Muchos de los que llegan a Alemania se dirigen a la red de centros españoles que existen en Alemania. Entre ellos, se encuentra el Centro Cultural Hispano Alemán Antonio Machado, de Colonia. En la década de los setenta era un referente para los exiliados del franquismo y para los emigrantes de entonces y hoy cuenta con unos ochenta y tantos socios, según nos comenta su presidente, Luziano González (Oviedo).
"Intensificar los lazos entre Alemania como nuestro país adoptivo y España como nuestra patria" es el objetivo de un centro que, pese a la creciente llegada de emigrantes en el último año, languidece por el escaso número de socios. Una paradoja si tenemos en cuenta que aquí se ofrece asesoramiento jurídico gratuito, tanto para los socios como para los recién llegados, oferta actividades culturales y ofrece clases de español y alemán.
Luziano González actúa como un auténtico padre con aquellos que más dificultades encuentran para acceder al mercado laboral. Alberto, un joven de 25 años de Pedro Muñoz (Ciudad Real), nos los ratifica un día más tarde. El presidente del Machado considera que "la integración es más sencilla cuando eres joven, cuentas con un estatus económico medio-alto y estás preparado. Si no, es más complicado".
¿Preocupa a los alemanes la creciente llegada de españoles? González opina que "la emigración no genera, de momento, mucha preocupación en Alemania ya que nunca estuvieron tan cerca del pleno empleo y las personas que llegan aquí no compiten en muchos sectores con los alemanes. El problema más serio se plantea con otros, como los turcos, pero por su forma de hacer las cosas, especialmente en su sistema educativo selectivo".
¿Es Alemania el nuevo El Dorado?
Abrimos, a través de Gayarre, el debate en Facebook sobre si es o no Alemania El Dorado para los españoles sin empleo. Y las respuestas no tardan en llegar.
Alicia Candela dice que "si hablas bien alemán (digo bien, y no parlotear) y si tienes una cualificación, puede ser de color plata, pero sin alemán y sin estudios o Ausbildung (FP), se puede convertir en una pesadilla".
Daniel Rupp, un alemán que residió en España, apunta que "si un español habla bien y está cualificado puede encontrar trabajo más fácil aquí que en España. Eso sí, el cambio de mentalidad es algo que hay que aceptar, pero las diferencias no son tan enormes y no es tan difícil. Si uno quiere trabajar aquí, en lugar de estar en paro y pobre, la mentalidad no puede ser una excusa".
Susana Márquez cuenta su caso. Llegó "huyendo de España" junto a su marido hace solo un año: "Ambos hemos aprendido alemán con cursos subvencionados por el Estado. Ha sido duro, pero si quieres, puedes. Hoy los dos estamos trabajando y es impensable la idea de volver a España. Alemania nos ha ofrecido todo aquello que en España se nos ha negado".
¿Alemania, tierra de las oportunidades? Foto: OC.
Francisco José Celada puntualiza que "no es El Dorado, aunque visto desde España pueda parecerlo. Aquí también existe el trabajo precario, se calcula que el 20% (8 millones) de los asalariados cobra ligeramente por encima del umbral de pobreza. Pero hay trabajo. En cuanto a la adaptación social, es un tema muy individual, las diferencias existen, sin duda, pero tampoco es la Luna".
Miguel Acevedo es un español "exiliado" en Alemania por motivos laborales que, según indica con mucha sorna, "creía que era El Dorado, pero es bronce bien pulido y a algunos nos parece dorado". Por su parte, Helena Barcos escribe que "hay mucha de la gente que viene no es realista consigo misma. Que Alemania sea El Dorado depende de nosotros, de si estamos dispuestos a hacer todo lo posible por aprender el idioma y adaptarnos a su mentalidad y a su cultura".
El debate no tiene fin. Los ánimos se caldean cuando aflora el patriotismo. Es la historia que se repite. Sucedió en España hasta 2007, cuando la inmigración era uno de los problemas que más nos preocupaba. Y hoy lo que nos atormenta es que sean los jóvenes españoles los que tengan que afrontar el drama -no la aventura, como dijo la secretaria de Estado de Emigración- de vivir alejados de su familia y sus amigos.