Es un espectáculo que tiene vocación de ser popular. Hecho para ir y reír con la pareja, la familia o los amigos (y, si se pudiera, cantar y bailar). Para pasárselo bien con una sencilla historia de gansters, cupletistas, monjas y música setentera al estilo de la que llenaba las pistas de la disco o acompañaba momentos románticos, si es que alguna vez ha dejado de acompañarlos.