Cuando conseguimos eliminar todo el ruido de las redes sociales, uno puede detectar si una de las propuestas que ha lanzado es aceptada por una mayoría o no, además de percibir cuales son las verdaderas prioridades y preocupaciones ciudadanas. Es entonces cuando una herramienta que ha sido mayoritariamente utilizada para propaganda, se convierte en una poderosa herramienta para hacer política de verdad.