Los animales a menudo nos sorprenden de maneras inesperadas, algunas de las cuales sería mejor evitar para proteger el bienestar y evitar momentos de tensión. Por ejemplo, un niño que visitaba el zoológico se dio cuenta, de repente, que un tigre lo observaba fijamente desde la distancia. Tan pronto como empezó a grabar la cámara, el niño no pudo ocultar su emoción y sonrió, encantado de estar tan cerca del animal. Sin embargo, en un momento inesperado, el tigre saltó hacia él y comenzó a golpear el cristal con sus patas, intentando atraparlo. Por suerte, el niño no sufrió ningún daño, y todo quedó en un susto.