El primer presidente de izquierdas del país toma posesión lleno de símbolos, para acometer una revolución pacífica y construir una nación “justa, fuerte y unida”.
Huguito es corajudo y bravucón. Para unos, Huguito es un búfalo desatado, un gorila rojo, pura sangre brava. Para otros, un militarote, un populista, un histrión. Todos, sin embargo, coinciden en que Huguito es socialista, feo y libertador.