Hubo una época en la que a todas las chicas morenas que llevaban flequillo les decían que se parecían a Brenda. Los chicos rubios con tupé eran como Brandon, y los castaños malotes de la clase parecían Dylan, aunque, en vez de un Porche, tenían una Yog trucada de 50cc. Lo que contaba la tele era que ser un adolescente americano en los 90 molaba mucho.