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Gusanos en Canal 9
Desde sus inicios, Canal 9, sus periodistas y buena parte de sus trabajadores, despertaban recelos y envidias por sus privilegiadas condiciones laborales entre el resto de colegas. En algunas ocasiones despertaban ODIO, sin matices. Con los años, esa inquina inicial se encontró con argumentos de peso.
¡Que vivan Albert Camus y Pedro Peralta!
Al músico lojano Pedro Peralta se le veía enfadado, haciendo movimientos bruscos con las manos, mirando a sus compañeros. Cuando nadie lo esperaba, cogió el micrófono y dijo que no tocaba, que con aquel sonido terrible que le habían preparado era imposible. No, no y no, Peralta no tocaba.
RTVV: No la echaremos de menos
Nadie va a echar de menos la tele pública valenciana, que ni era pública, ni era buena, ni servía a nadie ya con su pírrica audiencia, ni entretenía a nadie, ni nos mantenía informados de lo importante, ni cumplía su función, la única función que tenía. ¿Qué perdemos los valencianos con este apagón de la radio y la tele sufragadas por todos? Nada relevante, la verdad.
Y en eso llegó Paco Telefunken
El cierre de Canal 9 no es el principio, es un paso más, un eslabón más de la cadena con la cual se pretende asfixiar a los servicios públicos. Ante la imagen de un Alberto Fabra en su despacho presionando al juez por teléfono para que acelere el cierre total y la de Paco Signes, o Paco Telefunken, negándose a cerrar, hay una distancia insalvable: la que separa la selva de la ley del más fuerte de una sociedad abierta.