Interrogarse sobre la relación entre ética y política es una reflexión que debe hacerse toda persona que quiera dedicarse a la gestión de la res publica: cuáles son las razones que la motivan, dónde está y dónde va. La ética se conjuga en tiempo de presente, la política en tiempo de futuro. En una democracia pluralista, la interrogación sobre la actitud moral que debe adoptar la persona con responsabilidades políticas debe ser un ejercicio cotidiano.