Queremos conseguir que nadie duerma en las calles de nuestra Comunidad. Para ello, proponemos la puesta en marcha en la Comunidad de Madrid un proyecto con la metodología Housing First para doscientas personas en el plazo de tres años.
A veces, mientras bebo mi café de por las mañanas en este invierno poco frío de Madrid, observo tras los cristales a un joven que no pasará de los treinta años. Recoge sus enseres, acaricia a un perro pequeño y se sienta a esperar. Es uno de esos que algunos llaman "perroflautas", desde ese pedestal extraño que da el tener una buena posición.
Hace unos años, antes de la crisis, me lancé a las calles de Madrid para realizar un estudio sobre las personas sin hogar y recoger sus testimonios. Se calculaba que el número de personas en dicha situación en España era de unos 10.000. Se cree que el número de afectados se ha triplicado.
Vivir a la intemperie es desabrido. Podemos salir, trabajar, pasear, buscarnos la vida, pero luego nos es necesario volver, guarecernos, apartarnos de ella. Pese a las protecciones una de las fuerzas de la vida que nos deja en descampado sigue siendo la enfermedad.
Fue recorriendo cinco instituciones para conocer de primera mano cómo era la vida de la gente sin techo cuando me reencontré con un conocido al que no reconocí. Debía tener mi edad pero parecía tener muchos años más.