negociaciones investidura
Otro 18 de julio y sin novedad en el frente
Ochenta años, cinco generaciones pasadas y muchos siguen en su trinchera, impasible el ademán o con el "no pasarán" tatuado en el pecho. La excusa es la que todos conocemos: "A mi abuelo lo fusilaron los fascistas" o "a mi tío los rojos le dieron el paseíllo". Pocos quieren ver que en todos los bandos, en todas las guerras, hay historias similares. Porque en un conflicto civil es difícil distinguir los buenos de los malos, porque una vez que se desata la violencia a los sensatos y moderados los barren los disparos de ambos lados.
Pedro y Pablo, cuestión de desconfianza
Pedro pidió tortilla; Pablo, pescado. Ambos tomaron ensalada, hablaron de política, de la NBA, del Estudiantes y de las respectivas familias. Nueve meses han pasado de aquella cena frugal, en la que los líderes del PSOE y de Podemos se sentaron frente a frente por primera vez. Sin cámaras, sin periodistas, sin testigos y, según contaron, con más cordialidad y "buen rollo" del esperado. Nada de eso queda. Lo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es ya una cuestión de desconfianza mutua.
Claves de la semana: Sánchez o cómo renacer de sus propias cenizas
¡Atentos! Ha llegado a la escena Pedro Sánchez, la versión 3.0 del Zapatero más ambicioso e intrigante, de aquel socialista leonés al que en su corto tránsito desde Ferraz a La Moncloa todos dieron mil veces por muerto y mil veces por resucitado. Como el ave Fénix y el otrora presidente del Gobierno, Sánchez muere para renacer de sus propias cenizas. Lo ha hecho otra vez esta semana.