Los nuevos (Podemos) y los novísimos (Ciudadanos) no han conseguido apuntillar el bipartidismo en Andalucía -socialistas y populares siguen sumando el 62% de los votos-, pero le han dado tal revolcón que fuerzan una nueva nueva cultura política, de pactos, alianzas y equilibrios puntuales. Es verdad que frente a las enormes expectativas creadas, el efecto Podemos pierde gas en su primera prueba nacional: asaltar el cielo, y ganarlo a la primera, no va a resultar tan fácil.