Una vez conquistada la mesa de trabajo con el PC y el bolsillo con el smartphone, la industria informática, una de las más potentes e innovadoras del planeta (sino vean el top ten de las mayores empresas del mundo por capitalización bursátil), tenía que colonizar otros terrenos. Y para ello se ha fijado en dos aparatos que cualquier hijo de vecino usa, por no decir que reverencia: el televisor y el coche.
El año pasado, Mercedes rompía los moldes con los que había hecho el Clase A hasta la fecha. Adiós al pequeño monovolumen, el Clase A de tercera generación es un compacto Premium que pretende acabar con la hegemonía del Audi A3, hacerle daño al BMW Serie 1 y, de paso, intentar robarle ventas al sempiterno Volkswagen Golf.
Un Monstruo, con mayúscula. Eso es lo que es el E63 AMG de Mercedes-Benz. Equipado con un enorme V8 de cinco litros y medio bajo el capó delantero, este sedán de más de dos toneladas de peso es capaz de acelerar de 0 a 100 por hora en sólo 3,6 segundos, lo que le pone a la altura de los mejores superdeportivos del mercado.
Lo "premium" está de moda en el mundo del automóvil. Cada vez estamos más polarizados entre coches "low cost" y coches "de lujo", y las marcas germanas, que tienen una potente imagen de marca, están aprovechándose de ello para tratar de inundar el mercado con cada vez más y más diversos modelos.
La aventura Maybach ha finalizado. Europa no está para muchas aventuras suntuarias. El empleo de materiales como el oro o la plata, la nevera con cristalería de Bohemia de serie y una brújula que indica en todo momento la orientación de La Meca. Por algo será.