El egocentrismo es fruto de los temores. Temor a no ser suficiente, a no ser capaz, a sentirse traicionado, a no lograr lo que necesita (o cree que necesita) para no sufrir. Temor a que no le valoren, al menosprecio... Debe aprender a resolver esos temores que anidan en su interior desde hace mucho tiempo.
Sorprendentemente, creemos conocernos. Al menos, mucha gente sostiene que se conoce. Lo dice, y actúa convencida de que es verdad. Esto a pesar de que no tenemos ningún sentido interno que sirva para ponernos en contacto con nosotros mismos. Siendo optimistas, cabe decir que nos vamos adivinando poco a poco y con el paso de los años.
Hubo una vez una civilización que decidió afrontar los enormes retos que se le presentaban preparando una generación con las mejores mentes. Para llevar a cabo esta misión consiguieron el consenso de todos que únicamente fue posible compartiendo los sueños.