Luis Suárez
Cinco reproches que nos tenemos que comer tras el Triplete
Durante esta temporada triunfal, también ha habido momentos para la crítica y la sospecha. Como buen club autodestructivo, el Barcelona ha dudado mucho durante el curso, pero tras el final feliz, es hora de recordar aquellos elementos que fueron juzgados o censurados demasiado pronto.
Querer (y no poder) ser como Messi
El argentino es y será el número uno hasta que él quiera, y tanto Neymar como Suárez han mostrado siempre un respeto reverencial al diez azulgrana. A David Villa, máximo goleador de La Roja, también le avisaron de que no tenía ningún sentido rivalizar a goles con La Pulga. Entre la indefinición y la versatilidad del equipo, solo hay un elemento incuestionable: el trono de Leo.
Barça: ¿indefinido o versátil?
El equipo catalán sigue sin encontrar la fórmula. No es un equipo creíble. Gana, sí, pero no consigue dominar el juego con la profundidad que un aspirante a todo requiere. A veces se disfraza del Madrid de los últimos años y golpea a los espacios, en ocasiones se defiende a balonazos como si la pelota no fuera con él, y cuando puede, rememora la sintonía del sextete con un vals en el medio campo.
Messi, Neymar y Suárez. Una pareja y un amante
¿Qué puede aportar Suárez cuando dos de las tres plazas de la delantera tienen dueño? Mucho, seguro. Pero imposibilitará el rápido crecimiento del brasileño y la mejor versión del diez. El brillo de uno conlleva las sombras de los otros, así como la grandeza del primero oprime a segundo y tercero.
Si Luis Suárez jugara en la NBA, se tomaría un año sabático
Suárez actuó mal, y por ello debe pagar. Basta de aquello de "lo que pasa en la cancha se queda en la cancha". Me pregunto qué habría pasado en la NBA si un jugador hubiera mordido por tercera vez a un compañero de profesión delante de millones de espectadores.